El “Borno”, la zona del noreste de Nigeria, es una de las regiones más afectadas: millones de personas están siendo víctimas de las balas y el hambre.
La situación es crítica por donde se la mire: millones de personas desplazadas, Boko Haram secuestrando y atentando contra vidas civiles a su paso y las autoridades nigerianas impidiendo el trabajo de los medios y las organizaciones humanitarias.
Según recientes declaraciones de Toby Lanzer, asistente de las Naciones Unidas, hay casi 4.4 millones de personas en la región de “Lago Chad” que necesitan urgente comida para no morir de hambre. “Cada momento que pasa se vuelve peor la situación. Están al borde de la muerte. Sólo hay un escalón más y es la hambruna: algo que no vi en los veinte años en que hago este trabajo”, señaló.
Los responsables de Médicos Sin Fronteras (MSF) fueron más allá: “Desde hace dos años que le estamos advirtiendo a la ONU, a UNICEF, al WFP (World Food Programme) y a OCHA de la situación. Dicen que están haciendo cosas pero no es suficiente”.
En áreas como Maiduguri, “el 39% de los niños tiene severa malnutrición”: “La Cruz Roja está haciendo su trabajo, Médicos Sin Fronteras también, pero la mayoría de las organizaciones humanitarias están fallando. Es dramático, nunca vimos algo así”.
A mediados de junio, “Médicos Sin Fronteras” confirmó la muerte de más de 1200 personas en un campo de refugiados del noreste de Nigeria.