Desde hace tiempo que las autoridades francesas saben que la Eurocopa es un objetivo apetecible para el terrorismo internacional.
Pese a que el Ministerio del Interior de Francia movilió a más de 90.000 agentes entre policías, gendarmes, militares, voluntarios y efectivos de seguridad privada para proteger a la ciudadanía, turistas, hinchas y jugadores, la incertidumbre se cierne sobre la Eurocopa.
Larossi Abballa, un terrorista que este último lunes asesinó a una pareja de policías franceses frente a su hijo de 3 años, grabó un video en la escena del crimen.
Allí, el “yihadista” aseguró que “la Eurocopa será un cementerio” tras confirmar su pertenencia al Estado Islámico (ISIS). “Va a haber más ataques, especialmente contra policías, vigilantes carcelarios, periodistas y raperos”, disparó.
Las alertas están prendidas y el gobierno francés sigue echando mano a la figura de “estado de excepción” para requisar, controlar y vigilar aún más a toda la población.