Desde hace tiempo que las autoridades francesas saben que la Eurocopa es un objetivo apetecible para el terrorismo internacional.
El Ministerio del Interior de Francia anunció esta semana que movilizarán a más de 90.000 agentes entre policías, gendarmes, militares, voluntarios y efectivos de seguridad privada para proteger a la ciudadanía y jugadores de cara al certamen europeo.
“El cien por ciento de precauciones tomadas no garantiza el riesgo cero. Hacemos todo lo posible para evitar un ataque terrorista y nos preparamos para responder”, aseguró el titular de la cartera, Bernard Cazeneuve.
En este contexto, el jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania, Vasil Hricak, reveló que la detención se produjo el pasado 21 de mayo en la ciudad de Jagodyn, cerca de la frontera con Polonia: el sospechoso, de 25 años, fue arrestado porque portaba todo un arsenal como lanzacohetes, explosivos y fusiles de asalto Kalashnikov a bordo de su vehículo.
Según los servicios de inteligencia, pretendía “lanzar 15 ataques antes y durante la Eurocopa” y sus principales blancos eran “una mezquita, una sinagoga, la agencia tributaria y puestos de control de carretera”.
Las alertas están prendidas y el gobierno francés sigue echando mano a la figura de “estado de excepción” para requisar, controlar y vigilar aún más a toda la población.
