Cambian los gobiernos pero las historias sistemáticas de violencia, vulneración de derechos humanos y ataque a los pueblos originarios continúan incólumnes e impunes.
Otra vez Formosa y otra vez Gildo Insfran: el pasado 30 de mayo fue detenido el dirigente wichí, Agustín Santillán, mientras se encontraba en una manifestación por infraestructura escolar en la Delegación Zonal del Ministerio de Educación, correspondiente al Departamento Matacos, en la localidad formoseña de Ingeniero Juárez.
Israel Alegre, dirigente Qom y vocero de QOPIWINI (Organización que representa al Pueblo Qom, Pilagá, Wichí y Nivaclé de la provincia de Formosa), manifestó: “Es una persecución política por parte del gobierno. El gobierno de la provincia de Formosa está preocupado por los procesos de organización que están llevando adelante los Pueblos Indígenas. Agustín Santillán siempre luchó por los Derechos Humanos de su pueblo. Siempre denunció la problemática de la Educación, de la Salud, de la vivienda, de la falta de trabajo”.
Desde la Asociación Civil por los Derechos de los Pueblos Indígenas (ADEPI) sostienen que las 16 causas en donde está imputado Agustín Santillán – y por las que fue detenido – se encontraban inactivas: cuatro de ellas, incluso, no tienen expediente y ni hablar de pruebas.
“Sabemos que el método de armar causas penales a referentes sociales es utilizado por el sistema político de la provincia de Formosa para desactivar a los dirigentes que luchan ante las deficiencias e injusticias del modelo actual”, advirtieron desde la asociación en un comunicado.