Alrededor de mil personas murieron en ataques a hospitales en los últimos dos años: el 40% de los mismos sucedió en Siria.

Hospitales

La Organización Mundial de la Salud (OMS) viene denunciando desde hace meses el incremento en ataques contra hospitales y facilidades humanitarias en las zonas de guerra.

Según un informe presentado en las últimas horas, entre enero del 2014 y diciembre del 2015 se produjeron 594 ataques a centros médicos, ambulancias, pacientes y profesionales de la salud: murieron 959 personas y se hirieron a más de 1561 en 19 países.

El lugar que se lleva todas las tristes luces es Siria: allí perecieron bajo las bombas y las balas 352 personas. Le siguen los territorios palestinos y la “Franja de Gaza”, Irak, Pakistan y Libia. Asimismo, aclararon que el 53% de los ataques fueron perpetrados por distintos Estados nacionales y un 30% por grupos armados.

Uno de los casos más resonantes ocurrió en un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Kunduz, Afganistán: allí un ataque aéreo de los Estados Unidos dejó 42 muertos y 37 heridos.

“No es algo aislado, no está limitado a zonas de guerra ni es accidental. La mayoría son intencionales. Ni siquiera podemos decir que está parando: las complicaciones para lo que hacemos son inmensas. Se hace cada vez más difícil llevar a la gente a estos lugares, salvarlos y protegerlos para que sobrevivan”, aseguró el doctor Bruce Aylward, director del programa de emergencia de la OMS.

Desde hace bastante tiempo que las autoridades de Médicos Sin Fronteras también vienen advirtiendo sobre la peligrosidad de los ataques a civiles y hospitales en zonas de guerra. “Estamos retrocediendo cien años. Son tiempos de barbarie. No creo que en el siglo XXI deberíamos dejarnos arrastrar hasta allí. Si van a cambiar las reglas, entonces que nos avisen”, había señalado Joanne Liu, titular de la organización.

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