Ambos fueron capturados por pedido del fiscal federal Franco Picardi: las dos personas son mayores de edad y una trabaja dentro del predio.
Según confirmaron fuentes policiales, en los allanamientos se les secuestraron los celulares desde los que realizaron las llamadas.
Las detenciones se produjeron “luego de un trabajo de entrecruzamiento de llamadas y escuchas telefónicas que encabezó el fiscal Picardi con un equipo de trabajo que se conformó para esta causa y del Departamento de Inteligencia y Crimen Organizado de la Policía Federal”.
Uno de los hombres capturados es empleado del área de logística de la ex ESMA: comenzó a trabajar en junio del 2015 y, al menos en principio, no estaría vinculado a ningún tipo de partido político u organización. Una de las hipótesis de los investigadores es que pudo haber actuado a pedido de otras personas.
Desde mediados del año pasado hasta mayo de 2016 hubo 48 amenazas de bomba a la ex ESMA, donde trabajan diariamente 1.500 personas.
En el predio, que supo alojar uno de los mayores centros de concentración y exterminio de la última dictadura cívico militar, funcionan el Archivo Nacional de la Memoria y diversos centros culturales temáticos, como el Ecunhi (Espacio Cultural Nuestros Hijos) y el Haroldo Conti. Desde comienzos de año también se instaló la Secretaría de Derechos Humanos y Diversidad Cultural, que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.