La aplicación quiere dejar de ser asociada estrictamente con la fotografía y busca con su nuevo logotipo reflejar las historias que cuentan los usuarios.
Los 80 millones de fotos y videos por día que suben los usuarios de “Instagram” a la plataforma lograron que la empresa decidiera implementar un nuevo diseño, tanto para el icono de la aplicación como para todo en el interior de la misma.
También decidieron cambiarle el “look” a las aplicaciones hermanas: Layout, Boomerang y Hyperlapse.
Según voceros, la versión actualizada del logo está “inspirada por el ícono anterior, aunque incorporando una cámara más simple”. El arcoiris original, por otra parte, “se mantene en la gradación de colores”.
Además de los argumentos esgrimidos, en el cambio influyen fundamentalmente las estrategias de marketing de la empresa: buscan apartarse de la imagen de “aplicación para fotografías” que en términos generales se asocia con su marca.