La Sala III de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal frenó la pretensión de Monsanto de cobrar dinero extra por sus “desarrollos” transgénicos.

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“Es discutible que pueda patentar todo el material por el sólo hecho de haberlo modificado; como indiscutible que el autor de una obra literaria no deviene en propietario del lenguaje empleado en ella por haberla registrado”, aseveraron en el fallo.

“La molécula de ADN recombinante y las células modificadas no constituyen una invención (de Monsanto) porque son materia viva y preexistente en la naturaleza. Ese material genético tiene la aptitud de generar una planta completa y los países tienen la facultad de declarar no patentables a las plantas”, explicaron los jueces Guillermo Alberto Antelo y Ricardo Gustavo Recondo.

Los magistrados resaltaron que “cualquier aporte técnico que se realice en el campo de la biotecnología” se trata, en realidad, de “una modificación de la materia ya existente en la naturaleza, que no constituye creación humana”. “La naturaleza está estructurada como un lenguaje que tiene 15.000 millones de años. Ese lenguaje puede ser vislumbrado a través de la combinatoria pero no es susceptible de apropiación”, remataron.

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