Es el mayor desastre ambiental de la historia argentina pero todavía las autoridades gubernamentales, en connivencia con la empresa canadiense, no brindan toda la información.
A medida que pasan los días, las semanas y los meses del último derrame en la mina Veladero, los habitantes de Jáchal y organizaciones sociales/ambientales solo pueden estar seguros de algo: no pueden creer ni confiar en nadie.
Hace algunos días atrás, se confirmó a través de la Dirección de Residuos Peligrosos de San Juan que la minera canadiense vertió cianuro dos veces en 2011 y una en 2012: de esta manera, se pudo corroborar que el derrame de más de un millón de litros de solución cianurada en los ríos Potrerillos, Jachal, Blanco, Palca y Las Taguas del 2015 no fue el único protagonizado por la minera canadiense desde su instalación.
Como si esto fuera poco, ahora se filtró un informe en donde se afirma que el derrame de solución cianurada fue mucho mayor de lo que reconocieron la empresa y el gobierno: más de un millón de litros, más de un millón de mentiras.
Según la nota de Juan Pablo Parrilla en Infobae, los datos se encuentran en el borrador de una “lapidaria evaluación” encargada por la Subsecretaria de Control y Fiscalización Ambiental: este reporte fue ocultado por la minera y por las autoridades. Incluso, el actual ministro de Ambiente, Sergio Bergman, lo presentó en la Justicia pero “sin las partes más contundentes”.
¿Qué demuestra este estudio? Que la Barrick Gold “deliberadamente brindó datos que tenía sobre el probable vertido de metales pesados y manipuló las mediciones de cianuro”.
Una pericia reveló que el derrame de cianuro de Barrick fue mayor al admitido https://t.co/SBaWdIqpz4 pic.twitter.com/laiKl58jfQ
— infobae (@infobae) 30 de marzo de 2016
“La metodología y el factor de corrección (40 cm) con el cual se calcularon los caudales del derrame son poco confiables. Esto podría hacer inferir que si el sedimento presente se acumuló a posteriori del incidente y pudiera atribuirse a las prácticas realizadas para mitigar sus efectos, en tal caso, el volumen derramado sería mucho mayor que el informado por la empresa”, afirmaron en el informe.
Además, en el estudio que realizó la empresa sólo se analizaron cianuro (total y libre) y mercurio; dejando afuera a los metales pesados – que no se diluyen en el agua – como el cobre, cobalto, aluminio, hierro, níquel, manganeso, arsénico, plomo, boro y zinc, entre otros.
La confirmación de estos resultados no es un hecho menor teniendo en cuenta que tanto la Barrick Gold como los funcionarios públicos desmintieron desde el primer momento cualquier tipo de contaminación poniendo en peligro – a través de mentiras y evasivas – a los habitantes de Jáchal y los pueblos cercanos.
Uno de los primeros en salir a defender a la Barrick Gold fue el por entonces gobernador de San Juan, José Luis Gioja, quien, sin contar con ningún tipo de estudio ambiental, rechazó de plano la posibilidad de que haya contaminación. En la misma línea corrieron los dichos de Jaime Bergé, titular de la Cámara Minera de San Juan, quien, a mediados de septiembre, afirmó: “Podés tomar medio vaso de agua con cianuro que no te va a hacer nada”.