El plan que enviará el Pentágono al Congreso de los Estados Unidos considera 13 localizaciones diferentes en territorio norteamericano para ubicar a los prisioneros.
“Cuanto vemos que algo no funciona tenemos que cambiar el rumbo. Durante muchos años quedó claro que la prisión de Guantánamo no hace que avance la seguridad, sino que la socava, es contraproducente a nuestra lucha, porque los extremistas la utilizan como propaganda contra nuestro país”, apuntó ante los medios.
“Esta instalación es contraria a nuestro valores, es una mancha a nuestros antecedentes de mantener le régimen de derecho. Nos enorgullecemos de ser una guía para el mundo, pero 15 años después de los atentados todavía tenemos que defender la base sin que haya un solo veredicto relacionado con los atentados. Siempre dije que la base tenía que ser cerrada”, argumentó Barack Obama.
[AHORA] Barack Obama presenta histórico plan para cerrar Guantánamo https://t.co/izT9UEYN5H
— Angel Sotera (@angelsotera) febrero 23, 2016
“De los 800 detenidos, más de 85% fueron trasladados a otros países. Yo transferí a 147 y no han regresado al campo de batalla. Hoy solo tenemos a 91 presos en Guantánamo. Después de mucho trabajo, el departamento de Defensa está presentando el plan para finalmente cerrar las instalaciones”, sentenció.
La decisión del presidente Barack Obama, que ha sido aplazada desde el 2008 y probablemente no encontrará demasiado respaldo en el Congreso, es un paso importante pero no el único que debe dar los Estados Unidos para cumplir con los derechos humanos más básicos.
Es sabido, gracias a cientos de denuncias hechas por organismos internacionales de DDHH así como también a los testimonios recogidos por quienes han estado prisioneros, que Guantánamo es sólo la parte más visible de un circuito ilegal de centros de detención y torturas desparramados en decenas de países del mundo.
Las vejaciones, las torturas físicas y psicológicas que han atravesado todos los que fueron detenidos en estos campos y centros no alcanzaron, hasta el momento, para obtener un repudio de magnitud internacional: la decisión final quedará, por lo visto, en manos de los legisladores de los bloques conservadores y republicanos estadounidenses.
