Tan solo entre junio y agosto de 2015, alrededor de 44 trabajadores nepaleses murieron en la construcción de algunos de los estadios que alojarán los partidos de la Copa del Mundo.
“Se ha hecho muy poco para parar con el abuso hacia los trabajadores migrantes y extranjeros. El retraso de las reformas laborales prometidas por Qatar es una receta perfecta para que se produzca un desastre en lo que a los derechos humanos respecta”, advirtió Mustafa Qadri, uno de los investigadores de Amnistía Internacional.
“Las reformas propuestas por el gobierno fallan al no abordar cuestiones centrales que dejan a los empleados bajo la autoridad directa de los empleadores”, agregó.
“Todos los amantes del fútbol que visiten Qatar en el 2022 deberían preguntarse a sí mismos si no están seguros de estar beneficiándose de la sangre, el sudor y las lágrimas de los trabajadores migrantes”, disparó Qadri en diálogo con el diario The Guardian.
“La FIFA ha jugado una parte importante en esta pésima decisión. Se sabia que había problemas con los derechos de los trabajadores en Qatar”, prosiguió el investigador.
“Se debe trabajar bien de cerca con las autoridades qataríes y las empresas para asegurarnos que el Mundial no esté construido sobre semejante base de explotación”, remató.
