Ricardo Ayala, el efectivo de la Metropolitana que está acusado de balear al joven de 20 en la puerta de su casa en el barrio de La Boca, fue puesto en libertad.
El juez de instrucción Osvaldo Rappa procesó al policía por el delito de “homicidio en grado de tentativa, agravado por su condición de ser miembro de una fuerza de seguridad, con exceso en ejercicio de legítima defensa”.
Pese a que le impuso un embargo hasta cubrir la suma de 300 mil pesos, el juez no dispuso la prisión preventiva: es por ello que el agente Ayala quedó en libertad.
El lunes 9 de noviembre, Lucas Cabello recibió tres impactos de bala: en una pierna con roce en un testículo, en la zona del mentón y en un muslo.
“Mi hijo fue atacado por el agente Ayala, que le disparó por la espalda y lo remató en el suelo”, aseguró Carolina, la madre del joven baleado. “Venía de comprar comida en la panadería de la esquina. No se trató de un enfrentamiento, ni de un tiroteo como dice la policía”, agregó.
También la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) salió al cruce de las versiones policiales que hablan de “enfrentamiento” o “tiroteo”: por el contrario, lo consideraron “una virtual ejecución o fusilamiento”.
En los últimos días, los abogados de la familia denunciaron presiones de la Policía Metropolitana para cambiar testimonios de vecinos y testigos.