El avión, que iba de Amsterdam a Kuala Lumpur, cayó en el este de Ucrania, en 2014: en la zona luchaban separatistas pro-rusos y con el gobierno ucraniano. Las 289 personas a bordo del MH17 murieron instantáneamente.
“El vuelo MH17 se estrelló como consecuencia de la detonación de un misil fuera del avión contra la parte izquierda de la cabina”, argumentó el director de la OVV, Tjibbe Joustra, durante la conferencia de prensa.
“Ese misil corresponde al tipo de misiles instalados en los sistemas de misiles tierra-aire BUK”, agregó el funcionario.
Recreación por las autoridades holandesas del derribo del Boeing 777 del vuelo MH17 por un misil Buk tierra aire. https://t.co/ax8UPeZHfO
— M.A.Antoñanzas (@antonanzasma) octubre 13, 2015
“Había suficientes motivos para que las autoridades ucranianas cerraran, por precaución, el espacio aéreo sobre el este del país. Como resultado de la detonación, la parte de adelante del avión quedó arrancada y el artefacto se partió en el aire”, sentenció Joustra.
El funcionario del Consejo de Seguridad de Holanda precisó, además, que el misil BUK – del tipo 9N314M – fue disparado “desde un área de 320 kilómetros en la zona este de Ucrania”, presumiblemente controlada por rebeldes pro-rusos.
No obstante, el consorcio ruso de defensa antiaérea Almaz-Antei, fabricante de los misiles, salió al cruce de las versiones al aseverar que el misil “fue lanzado desde una localidad controlada por las fuerzas ucranianas”.
Para colmo, al rechazo de la empresa se sumaron las críticas del gobierno ruso: “Tenemos serias dudas de que el auténtico objetivo de las investigaciones holandesas fuera establecer las verdaderas razones de la catástrofe”, señaló la portavoz de la cancillería rusa, María Zajarova.
“El informe tiene muchas deficiencias técnicas. Solicitaremos la reapertura de la investigación”, advirtió la funcionaria del Kremlin.