Poco más de una semana después del derrame, finalmente la Barrick Gold reconoció que derramó más de un millón de litros de solución cianurada al Río Potrerillos.
El slogan de “Minería Responsable” – tan ensalsado por empresarios, autoridades gubernamentales pro-mineros y sus apologistas públicos – hace agua por todos lados y, encima, está contaminado con cianuro: luego de mentir públicamente en varios comunicados y en sus reportes preliminares al Gobierno de San Juan, la minera canadiense reconoció el derrame de más de un millón de litros de solución cianurada.
El escandaloso itinerario de ocultamiento y desinformación habla por sí solo:
- El 13 de septiembre pasado, la empresa minera ocultó deliberadamente el derrame de cianuro: la población cercana a la zona de explotación se enteró a través de mensajes de Whatsapp y Facebook.
- Luego de versiones cruzadas, la Barrick Gold salió a responder con un comunicado donde afirmaban que la solución cianurada vertida alcanzaba los 15.000 litros y que no había posibilidad de contaminación alguna. En otro informe, le reconocieron al gobierno sanjuanino que se habían derramado “224 metros cúbicos (equivale a 224 mil litros) de solución cianurada” durante 1 hora y 45 minutos.
- Once días más tarde la realidad resultó ser otra, y mucho más dura: el derrame de la multinacional en el Río Potrerillos constituye el mayor desastre ambiental de la historia argentina.
Los vecinos y organizaciones ambientales ya había advertido sobre la complicidad entre la empresa y las autoridades gubernamentales. En cada marcha y movilización a la intendencia, los pobladores de Jáchal y otras localidades reiteraron su desconfianza hacia las versiones oficiales.
Lo que decían, por lo visto, no era en vano, especialmente si tenemos en cuenta que uno de los primeros en salir a defender a la minera fue el gobernador provincial, José Luis Gioja: “No hay ninguna posibilidad de que se genere una contaminación. Fue una contingencia que está totalmente controlada”, afirmó sin tapujos el funcionario. Párrafo aparte para el titular de la Cámara Minera de San Juan, Jaime Bergé, quien dijo muy suelto que se podía “tomar medio vaso de agua con cianuro” ya que estaba “muy diluido”.
Esta semana, en medio de los pedidos de informes y denuncias penales a los responsables, la justicia civil y penal de San Juan dispuso extender la suspensión de actividades que utilicen cianuro en la mina Veladero. “Hasta que esas condiciones no se acrediten esta medida cautelar va a continuar”, advirtió el juez local, Pablo Oritja. De modo increíble, y tan sólo 24 horas después, el mismo magistrado decidió habilitar a la empresa a volver a operar con cianuro.
La noticia de que desde el yacimiento de Veladero – proclamado como el “más seguro” por la Barrick Gold – se vertieron más de un millón de litros de solución cianurada al curso de un río no debe pasar por alto. Por ello, vuelve a tomar relevancia la consigna esgrimida en las últimas manifestaciones frente a la Municipalidad de Jáchal: “cierre a perpetuidad de Veladero” y “que la Barrick Gold se haga cargo de los trabajadores otorgándoles una indemnización y jubilación de por vida”.
