Los países del este de Europa siguen siendo el foco de atención respecto a la crisis de refugiados y migrantes que atraviesa la Unión Europea.
Luego de que el gobierno húngaro decidiera cerrar su frontera con Serbia con un muro 175 kilómetros de largo y la militarización de la zona, además de la entrada en vigencia de leyes que criminalizan la entrada ilegal a dicho país, miles y miles de refugiados quedaron varados en Serbia, a la espera de encontrar un paso para llegar a Alemania o Austria.
El secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, condenó la forma en que estas personas han sido tratadas por parte de las fuerzas de seguridad de Hungría.
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“Quedé en shock luego de ver como eran tratados estos refugiados y migrantes. No es aceptable. Son gente que está escapando de la violencia y la persecución, debemos asegurarnos de tratarlos con compasión”, advirtió.
“El uso de gas pimienta y gas lacrimógeno, de camiones hidrantes y palos contra estas personas no es en modo alguno aceptable”, reiteró.