Hungría, uno de los mayores países de tránsito hacia la Unión Europea (UE) por parte de los refugiados sirios y migrantes de Medio Oriente, cerró este martes su frontera con Serbia.Hungary II

Luego de vaciar buena parte de sus campos de refugiados entre el domingo y el lunes, el gobierno del conservador Viktor Orban aplicó el paquete de leyes aprobado en el Parlamento, en donde se estipulan las penas para aquellos que intenten cruzar ilegalmente la frontera húngara.

La frontera con Serbia, ahora militarizada, cuenta con un muro recién levantado de unos 175 kilómetros de largo, que corre entre las regiones de Bacs-Kiskun y Csongrad; y las autoridades pretenden extenderlo, también, hacia Rumania. Fuentes gubernamentales advirtieron que, en lo que va del día, ya debieron rechazar 32 pedidos formales de asilo mientras que detuvieron a 174 personas por intentar entrar ilegalmente al país.

Serbia

En lo que va del 2015, alrededor de 160.000 personas utilizaron el suelo húngaro para acceder a los países del norte de la Unión Europea. Con las fronteras completamente cerradas, el problema y foco de atención pasa ahora a ser Serbia.

“La idea de devolver a todos los migrantes a Serbia por ser el primer país al que arribaron, con miles llegando de Grecia y Macedonia, es inaceptable. Nos convertiríamos, así, en el nuevo centro de arribos de refugiados e inmigrantes. No podremos manejar la situación”, advirtió el ministro del Interior de ese país, Ivica Dačić.

En una conferencia de prensa en Bruselas, el alto comisionado del área de refugiados de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Gutierres, aseveró: “Necesitamos un plan de emergencia para ayudar a Serbia. Devolver a los refugiados desde la Unión Europea a los Balcanes es legal, moral y psicológicamente inaceptable”.

Migrantes

No obstante esto, y como un efecto dominó, cada vez son más los países miembros de la Unión Europea que decidieron restablecer controles en sus fronteras, siguiendo los pasos de Alemania: Austria, Italia, Eslovenia y Eslovaquia se agregaron este martes a la lista.

Sin acuerdo ni consenso en torno a qué hacer con la crisis, la movida alemana aún no parece haber alterado los planes de países como Inglaterra, Holanda o Dinamarca, los más reticentes a aceptar la entrada de migrantes.

Durante los primeros días de la semana, la decisión parecía consistir en dilucidar si todos los países miembros se comprometían a aceptar las distintas cuotas de refugiados para repartir el peso de la crisis migratoria o cada uno quedaría librado a su suerte. Por ahora, va ganando la segunda y, como siempre, en detrimento de los Estados más pobres.

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