Hombres, mujeres y niños refugiados fueron encerrados en condiciones deplorables un viejo estadio en la isla de Kos. El gobierno griego envió un barco para proceder a registrarlos e identificarlos.
Un día después de que más de dos mil refugiados sirios y afganos fueran encerrados dentro de un estadio en la isla griega de Kos, con acceso limitado al agua y la comida, el gobierno helénico decidió enviar una embarcación para lidiar con la crisis.
“Tenemos gente que quedó inconsciente en algunas áreas donde ni siquiera hay reparo del sol y hace 35 grados. Esto está absolutamente fuera de control. Nadie entiende el sentido de esto”, aseguró Constance Theisen, de “Médicos Sin Fronteras”.
Los migrantes fueron recogidos de las calles de la isla luego de que llegaran en embarcaciones provenientes de Turquía y se pelearan con las fuerzas policiales: desde el martes están encerrados en el estadio para ser “identificados” y “registrados”.
Según las autoridades, el navío enviado por la administración de Tsipras servirá para “agilizar” este proceso y funcionará como un “centro de registración flotante”. Se estima que, más allá de las personas que se encuentran en dicho lugar, hay más de cinco mil inmigrantes en la isla.