A través del mar, y vía Turquía, alrededor de 124 mil inmigrantes ilegales y refugiados llegaron a las costas de las islas griegas del Mediterráneo.
Luego de que varios organismos de derechos humanos le pidieran al gobierno griego que tome el control de la situación en las islas, el primer ministro helénico salió con los tapones de punta contra la Unión Europea.
“El flujo migratorio está más allá de lo que Grecia y su infraestructura pueden manejar. Tenemos problemas muy importantes y por esto es que estamos pidiéndole ayuda al resto de Europa”, aseguró Tsipras.
“Ahora veremos si la Unión Europea es la Unión Europea de la solidaridad o si, en realidad, están todos tratando de proteger sus propias fronteras internas”, disparó.
La semana pasada, la importante cantidad de personas que intentan cruzar todos los días desde Calais, en el norte de Francia, a Inglaterra cobró relevancia luego de siete refugiados en menos de un mes.
El problema migratorio no es en modo alguno circunstancial sino crónico: son 22.000 las personas que murieron en los últimos quince años.