Pese a las presiones por parte de la Unión Europea y sus principales líderes, el pueblo griego se inclinó por el “OXI” (NO) y rechazó en el referéndum la propuesta de ajuste de la Troika.
Dejando de lado las miles de especulaciones que circularon en la última semana, los griegos se inclinaron en las urnas por un contundente “OXI” (NO) a la dirigencia europea y respaldaron el desafío del primer ministro Alexis Tsipras.
La opción de rechazar la propuesta de ajuste de la Troika obtuvo el 61,31% de los votos mientras que el 38,6% de la población se inclinó por el “NAI” (SI).
Los números del referéndum le dan un poco más de aire al líder de Syrizas ya que incluso una victoria por escaso margen ponía en riesgo su legitimidad y continuidad al frente del gobierno.
Pese a que aún es una incógnita el futuro inmediato del país – líderes y funcionarios de la eurozona advirtieron en reiteradas oportunidades que el resultado del referéndum podría provocar la salida de Grecia del euro -, Tsipras intentará volver a las negociaciones con los acreedores: llevará una nueva oferta bajo el brazo y tratará de renegociar la deuda – y el rescate – en mejores condiciones.