Mientras que en el transcurso de esta semana se esperan las declaraciones indagatorias de una decena de imputados, la Justicia probó que los disturbios fueron planificados y que el gas pimienta era casero.
Poco a poco se va develando la trama de uno de los escándalos más grandes de la historia del fútbol argentino: la suspensión del partido entre Boca y River por el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores.
Según audios que tiene la Justicia en su poder por la causa en que se investiga lo sucedido y otras relacionadas, varios de los imputados hicieron la logística para meter un drone encarnado en un “Fantasma de la B” dentro de la “Bombonera”: aunque se barajaba que vuele desde una casa aledaña e ingrese por los palcos, el aparato salió desde el mismo estadio.
Además, el estudio de la División Laboratorio Químico de Policía Federal Argentina (PFA) dió a conocer que el gas arrojado a los jugadores de River era “casero”. En esta línea, afirmaron que el compuesto “se utiliza habitualmente como componente en dispositivos como gas lacrimógeno pudiendo provocar lagrimeo, irritación y ceguera temporal dependiendo del grado y tiempo de exposición”.
“El tratamiento prolongado con este principio activo causa insensibilidad al estímulo doloroso e induce a una degeneración de ciertas neuronas sensoriales primarias. También induce desensibilización duradera de las mucosas aéreas a varios irritantes mecánicos y químicos”, advirtieron.
