En el canal de Sicilia, más de 700 personas se encuentran desaparecidas luego de que naufragara una embarcación que intentaba cruzar de Libia a las costas italianas. En Grecia, las autoridades rescataron a 93 personas y confirmaron la muerte de, al menos, tres. Las muertes crónicas del Mediterráneo.

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Escapándole a la guerra y al hambre – escapando de la muerte – más de 22 mil inmigrantes y refugiados africanos perecieron en las aguas del Mar Mediterráneo en los últimos quince años intentando cruzar a Europa.

Tan sólo hace unos días atrás,  400 inmigrantes africanos murieron ahogados al hundirse el bote en el que intentaban llegar a las costas italianas desde Libia.

Este domingo, otra embarcación sufrió el mismo destino: las autoridades italianas confirmaron que alrededor de 700 personas se encuentran desaparecidas tras el naufragio de un pesquero.

Naufragio

La Guardia costera italiana informó del rescate de 28  inmigrantes que viajaban en el barco y de la recuperación de 24 cuerpos. Las unidades navales, por su parte, continúan con la búsqueda de los casi siete centenares de desaparecidos que naufragaron en la zona del canal de Sicilia.

“Si se confirman estas cifras, en los últimos días habrían muerto más de 1.000 inmigrantes”, reconoció la vocera del ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados en Italia, Carlotta Sami.

Para colmo,  en las últimas horas se conoció que un velero que transportaba inmigrantes se hundió cerca de la isla de Rodas, en el sudeste del Mar Egeo, en Grecia: al menos tres personas murieron. Las autoridades pudieron rescatar, además, a 93 inmigrantes ilegales, de los cuales 30 debieron ser hospitalizados.

La Organización Internacional sobre Migraciones estima que 3.072 personas murieron al intentar cruzar el Mediterráneo en 2014: en pocos días, el 2015 podría alcanzar casi dos tercios de dicha cifra.

Naufragio II

El problema no es ajeno a la Unión Europea, cuyas autoridades están “hartas” de lidiar con dicha inmigración: no quieren recibirlos en sus países ni tampoco contribuir a pacificar las regiones de las cuáles los mismos inmigrantes y refugiados vienen escapando – por lo general, países como Francia e Inglaterra son parte de dichos conflictos -.

En esta línea, la revisión de la política exterior de la UE se hace necesaria pero las ideas que se conocieron hasta ahora para solucionar el tema no son muy prometedoras: una de ellas es montar refugios de asilados en el norte de África; otra, pagarle a Egipto y a Túnez para que patrullen sus bordes marítimos.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, confirmó que se reunirán el jueves en Bruselas para discutir sobre la crisis migratoria: la idea es adoptar “medidas inmediatas” para frenar las muertes en el Mediterráneo.

“Algunos de los temas que debemos abordar de forma urgente son cómo detener a los traficantes de seres humanos que ganan dinero cínicamente poniendo la vida de los inmigrantes en riesgo, cómo reforzar nuestros esfuerzos combinados de salvamento, como ayudar mejor a los Estados miembros de la UE más afectados y cómo mejorar nuestras cooperación con los países de origen y tránsito”, aseguró el funcionario, según reproduce Europa Press.

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