La semana pasada, alrededor de 400 inmigrantes africanos murieron ahogados al hundirse el bote en el que intentaban llegar a las costas italianas desde Libia. El problema no es circunstancial sino crónico: son 22.000 las personas que murieron en los últimos quince años
El mismo escenario, las mismas intenciones y la misma suerte: algunos kilómetros al sur de Lampedusa, 400 inmigrantes africanos que intentaban llegar a Europa a través de las costas italianas murieron ahogados luego de que la embarcación en que viajaban se hundiera en el Mediterráneo.
“Había muchos hombres jóvenes, probablemente menores entre las víctimas”, informó la organización Save the Children en un comunicado. El naufragio dejó 145 sobrevivientes, todos pertenecientes a países sub-saharianos.
Según Federico Fossi, agente de las Naciones Unidas en Italia, las personas que viajaban allí “vieron un barco comercial y, en función de ser rescatados, se abalanzaron hacia un lado de la embarcación, causando su hundimiento”.
Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur),La Guardia Costera italiana, desde el pasado viernes, rescató de las aguas a más de 8.500 inmigrantes.
El problema no cesa de agravarse y las autoridades europeas están “hartas” de lidiar con el problema: no quieren recibir dicha inmigración en sus países ni tampoco contribuir a pacificar las regiones de las cuáles los mismos inmigrantes vienen escapando – por lo general, países como Francia e Inglaterra son parte de dichos conflictos -.
La revisión de la política exterior de la Unión Europea se hace necesaria pero las ideas que se conocieron hasta ahora para solucionar el tema no son muy prometedoras: una de ellas es montar refugios de asilados en el norte de África; otra, pagarle a Egipto y a Túnez para que patrullen sus bordes marítimos.
La Organización Internacional sobre Migraciones estima que 3.072 personas murieron al intentar cruzar el Mediterráneo en 2014; mientras que 700 se ahogaron en 2013.
Las cifras aumentan – y espantan – si se lo mira desde una mayor perspectiva: en los últimos quince años – y teniendo en cuenta que el 2015 acaba de empezar – murieron más de 22.000 inmigrantes en altamar intentando llegar a Europa y escapando del hambre y las guerras.
En febrero de este año, más de trescientos inmigrantes que intentaban llegar a las costas de Italia desde África murieron durante la travesía. En Mayo, la cifra para el 2015 ya roza las mil muertes: ¿hay vidas que valen menos?
