Carsten Sphor, máximo ejecutivo de Lufthansa, y Thomas Winkelman, titular de la subsidiaria Germanwings, se mostraron consternados por la noticia del copiloto y defendieron la política de la empresa.

Carsten Spohr, Lufthansa
Foto: Carsten Sphor, máximo ejecutivo de Lufthansa, a la izquierda; y Thomas Winkelman, titular de la subsidiaria Germanwings, a la derecha.

Luego de que el fiscal reconociera que el copiloto del avión, Andreas Lubitz, sería el responsable de haber estrellado deliberadamente el avión en los Alpes franceses, la empresa Lufthansa salió a defenderse.

Carsten Sphor, máximo ejecutivo de la compañía alemana, aseguró que Lubitz había pasado todas las pruebas psicológicas y que era “apto para volar”.

“Es nuestra peor pesadilla. Estamos en shock. Nos deja absolutamente sin palabras. Nunca me hubiera imaginado que la situación podía volverse peor”, aseveró en conferencia de prensa.

“Más allá del desastre, Lufthansa confía totalmente en su entrenamiento y en el de sus pilotos. Sólo podemos especular en torno a cuál fue la motivación del copiloto para hacer lo que hizo. En una compañía que se enorgullece de sus récords de seguridad, esto es un shock. Nosotros seleccionamos el personal de la cabina muy cuidadosamente”, sentenció.

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