El enganche de Independiente, el “Rolfi” Montenegro, está cerca de dejar de ser jugador del club. El “10” quiere seguir, pero la dirigencia le habría bajado el pulgar.
Independiente no para de sumar problemas externos e internos: ahora – tras la accidentada salida de Insúa hace algunos meses atrás y la despedida de Gabriel Milito como técnico de la reserva – es el “Rolfi” Montenegro quien está en el ojo de la tormenta.
“Si no seré tenido en cuenta, me lo podían haber comunicado. Estas cosas a veces molestan, pero bueno uno está acostumbrado al fútbol argentino y a sus manejos. Yo tengo la tranquilidad de que hice lo que tenía que hacer, porque me queda un año más de contrato. No tengo nada que reclamar. Lo único que debo hacer es presentarme el 4 de enero en Pilar”, aseguró con enojo el volante el diálogo con radio La Red.
Los rumores que parten desde la dirigencia del club lo sitúan fuera de la órbita de Almirón: el técnico y el jugador no tendrían la mejor relación y la situación entre las tres partes no tendría vuelta atrás.
“Mi relación con Almirón es normal. Nunca tuve una pelea con él, siempre hablamos de frente. Hemos tenido charlas, hablando sobre fútbol y también de la vida. Nunca tuve problemas con ningún entrenador ni con nadie. Siempre fui de la misma manera. Estas cosas me sorprenden, pero bueno habrá que esperar. (…) Cuando te enterás las cosas por otro lado, todo termina siendo peor. Soy una persona con la que se puede hablar, pero ahora se embarró la cancha. Y ya es un problema”, señaló Montenegro.
Por otra parte, el vicepresidente de Independiente, Noray Nakis, salió al cruce del “10”: le echó la culpa por querer irse del club y dijo que no se la van “a hacer tan fácil”.
“Es mentira que nosotros lo queremos echar, el que se quiere ir es él. No se siente cómodo con el técnico. Y nosotros, como dirigentes, tenemos que apoyar cada decisión del entrenador. No podemos tolerar ningún acto de indisciplina de un jugador por más que se llame Montenegro”, advirtió en diálogo con Olé.
“Igual no se la vamos a hacer tan fácil, porque los que vamos a tener que pagar el costo político si él se va somos nosotros. Y además, ¿cómo lo vamos a echar? ¿Tienen idea de la cantidad de plata que hay pagarle si lo rajamos?. Sería un error y ni se nos pasó por la cabeza. ¿Qué quiere? ¿cobrar el contrato?”, retrucó.
Los pasillos de Independiente realmente parecen un infierno y el ambiente está más que caldeado: ¿Sigue el “Rolfi”?