El policía Darren Wilson fue absuelto de todo tipo de cargos por el asesinato del afroamericano Michael Brown en Ferguson, Missouri. El joven estaba desarmado cuando el oficial le pegó 12 tiros.
Los abogados de la familia Brown afirman que el adolescente intentaba rendirse cuando recibió los disparos, mientras que quienes apoyan a Wilson afirman que el policía temía por su vida debido a la violencia del joven y abrió fuego en defensa propia.
Pese a las dudas en los relatos de los testigos, lo único que se sabe con firmeza es que Wilson disparó 12 veces contra Brown: el último tiro le perforó la parte superior de la cabeza.
La decisión de no presentar cargos fue tomada por un gran jurado compuesto por una docena de magistrados y terminó por desatar la indignación ante un nuevo caso de impunidad policial.
Masivas protestas se sucedieron en las principales ciudades del país como Nueva York, Washington, Seattle, Los Angeles, Oakland y Chicago. En Ferguson hubo disturbios, saqueos, cruces entre manifestantes y la policía, incendios y detenidos.
“Hemos hecho grandes progresos en las relaciones raciales, he sido testigo de ello en mi propia vida, pero sigue habiendo problemas. La situación en Ferguson evidencia desafíos que seguimos teniendo como nación”, aseguró Obama en conferencia de prensa.
“Estamos profundamente desilusionados por el hecho de que el asesino de nuestro hijo no tendrá que responder por sus acciones”, afirmó, por su parte, el vocero de la familia Brown.