El presidente ruso, Vladimir Putin, obtuvo luz verde del Parlamento para intervenir militarmente Ucrania y ya comenzaron los movimientos en la región de Crimea. Kiev alistó sus tropas para resistir una posible invasión y pidió a los Estados Unidos y a la Unión Europea que intervengan.
“Debido a la extraordinaria situación en Ucrania y a la amenaza que pesa sobre la vida de los ciudadanos de la Federación Rusa […] sobre el contingente de las fuerzas armadas rusas en Ucrania […] solicito al Consejo de la Federación el empleo de las fuerzas armadas de la Federación Rusa en territorio de Ucrania hasta la normalización sociopolítica en ese país”, informó el presidente de Rusia, Vladimir Putin, al Parlamento días atrás.
Horas más tarde, obtuvo luz verde para intervenir militarmente a Ucrania y ya comenzó a movilizar sus tropas en la región de Crimea, zona pro-Rusia ubicada en el sur del país.
Por su parte, el nuevo gobierno de Kiev advirtió a Rusia que su comportamiento constituye “una agresión directa a la soberanía de la nación” y puso a las fuerzas armadas en alerta máxima. Tras denunciar a Moscú por la toma masiva de objetivos estratégicos en Crimea – como el aeropuerto de Simferópol, un puesto de Guardia de Fronteras en Sebastópol y una base antimisiles de las Fuerzas Aéreas ucranianas – el funcionario ucraniano, Yatseniuk, aseguró que estan “al borde del desastre. “Esto es una declaración de guerra sobre mi país. Urgimos a Putín a replegar sus tropas de este país y respetar los acuerdos bilaterales”, agregó en referencia al pacto de 1994 entre los Estados Unidos, Inglaterra y Rusia para garantizar la seguridad de Ucrania.
Además, reiteró el pedido de ayuda a la Unión Europea y los Estados Unidos. En el día de ayer, Francia, Alemania y Gran Bretaña expresaron su preocupación por los rápidos eventos en la región y exhortaron a Rusia a respetar la soberanía de Ucrania. En esta misma línea, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, advirtió que una intervención rusa “podría acarrear costos”.
Por su parte, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry aseguró que su país “irá a fondo” contra la intervención militar. “Rusia eligió actuar de manera agresiva, lo que plantea el interrogante sobre el papel de Rusia en el mundo y sobre la voluntad de ser una nación moderna y miembro del G8”, aseguró.
