El oficialismo aprobó en el Senado el ascenso de César Milani a Jefe del Ejército. Rechazo unánime de los organismos de Derechos Humanos. Verbitsky, titular del CELS, asegura que la de Milani es una “posición negacionista” y reiteró que sí tuvo participación en los centros clandestinos de detención.
A pesar del duro rechazo de organismos de Derechos Humanos, el oficialismo aprobó en el Senado – por 39 votos a favor y 30 en contra – el ascenso del jefe del Ejército, César Milani.
Luego de más de cinco horas de debate, donde el bloque oficialista argumentó que, como Milani no se encuentra procesado por ninguna de las acusaciones que se le hace, prima el principio de la inocencia; los senadores procedieron a la votación. Allí, con los votos del Frente Para la Victoria y algunos de sus aliados, ratificaron el pliego de ascenso así como también fueron ascendidos Gastón Erice a Almirante; Mario Callejo, a brigadier General; y Luis María Carena a general de División.
Horas antes de que comenzara el dabte en el Senado, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) había reiterado su impugnación al ascenso de Milani. El titular del organismo, Horacio Verbitsky, rechazó la defensa de los legisladores oficialistas a través de la “presunción de inocencia” y planteó una serie de documentos que ponían en serios aprietos a Milani.
“Dijo que nunca supo que haya habido desaparecidos, que se enteró después de la dictadura”, añadió y dijo que Milani sostuvo que su rol “era casi administrativo”.
Luego, según el mismo Verbitsky, el ahora Jefe del Ejército responsabilizó a la policía por las operaciones que se lo acusan. “No puede ser que pretenda hacernos creer que todo lo manejaba la policía. (…) el circuito represivo se completaba con el juzgado federal donde él llevaba a los detenidos”, replicó el titular del CELS. Y agregó: “Toda esa visión Heidi es inadmisible. No es absolutamente creíble lo que dice y contradice la normativa de ese momento y los fallos judiciales que desmiente lo que ha dicho”. Además, reiteró que está probado, “como cosa juzgada”, que Milani cumplía funciones en un centro clandestino donde se torturaba.
