Walas, El cantante de Massacre salda deudas con el deporte que lo vio crecer.
Antes de ser “el gordo” Walas, el que se viste con pantalones ajustados, remeras ceñidísimas y el que muestra orgulloso su panza en el escenario, aunque los más jóvenes no lo sepan, el líder de Massacre fue campeón nacional de skate.
Pasaba horas y horas subido a las tablas practicando ese deporte urbano que había nacido en la California de los ’70 y tan alejado parecía estar de las costumbres argentinas. Así compro una, dos, tres, decenas de tablas con los más diversos motivos, que a medida que cumplían su ciclo, fue colgando en sus paredes.
Sin planearlo, Walas se convirtió en el mayor coleccionista de tablas de skate de Sudamérica. Alguien se lo dijo un día, le mencionó las pruebas y él no tuvo mas remedio que aceptarlo con orgullo. En su poder tenía un tesoro para los amantes de esa disciplina y también para los aficionados al arte urbano.
Hoy esa colección esta abierta al público y puede verse en la muestra titulada La evolución del skate observada desde Buenos Aires que inaugura el Museo Argentino del Skate en la Galería Panico (Costa Rica 4831).
“Para mí es un homenaje, es devolverle al skate todo lo que me dio. Fue mi primer amor, sin dudas, y poder mostrar esta colección es volver un poco a ese primer amor al que fui dejando cuando me dediqué por completo a la música y pase a ser ‘el gordo Walas'”, explica.
El camino fue inverso y lo reconoce. Cuando muchos de sus amigos estaban en la noche y el rock and roll él vivía de día, esquivando quien sabe qué obstáculos con su tabla, saltando y tomando velocidad. “Los caminos con la música en principio se cruzaron –dice y recuerda esos primeros años con Massacre Palestina cuando se los catapultó como una banda skate– pero de a poco me fui bajando de la tabla y la noche le empezó a ganar terreno al día.”
“La muestra está organizada de tal forma que comienza con el primer skate que llegó a la Argentina y se va viendo como fueron cambiando los distintos modelos a través del arte que tienen, de los dibujos, de los grafittis, hasta la actualidad. Hay rarezas, curiosidades y está abierta a cualquiera que quiera visitarla, no solamente para entendidos en este deporte”, concluye este músico que sin quererlo se convirtió en curador de su propio museo. «
La muestra con entrada libre y gratuita puede visitarse hasta fines de diciembre en la Galería Panico (Costa Rica 4831).
