Según lo contemplado en la Ley de Presupuesto enviada por el PRO a la Legislatura, el Gobierno de la Ciudad prevé miles de alumnos menos en las escuelas públicas porteñas para el 2014. Subejecución y menor presupuesto son otras caras de la misma moneda de un sistema educativo cada vez más excluyente.
La Ley de Presupuesto enviada por el PRO a la Legislatura porteña muestra desencarnadamente las estimaciones reales por parte del Gobierno de la Ciudad en lo que respecta a la educación pública: esperan que haya miles de alumnos menos ocupando los pupitres de las escuelas porteñas en 2014.
Según las “metas físicas” para cada nivel escolar que figuran allí, el gobierno de Mauricio Macri estima que, sólo en las escuelas primarias, serán 20.000 alumnos menos: 203.513, frente a 223.000 del año pasado. En las escuelas medias técnicas serán 1.600 menos; de 33.100 en 2013 a 31.500. En los terciarios el descenso también es drástico: de 11.197 alumnos bajará a 10.874.
La menor cantidad de alumnos prevista por el Gobierno de la Ciudad no es en ningún modo azarosa. La desfinanciación del sector educativo se ha vuelto crónica y su participación en el presupuesto total ha ido en declive a lo largo de los últimos años: para el 2014 será de 21,64%; 1, 63 puntos porcentuales menos que el 23,27% destinado en 2013.
En consonancia con ello, el dinero destinado a la mejora en la infraestructura escolar también ha caído estrepitosamente – del 4.02% en 2011 pasó al 1.51% proyectado por el 2014 – dejando a su propia suerte los graves problemas edilicios que son común denominador en la mayoría de las escuelas. Y como si fuera poco, probablemente se utilizará mucho menos del dinero previsto realmente: la subejecución crónica del presupuesto educativo es una de las marcas del oficialismo porteño.
Como contrapartida, la asignación presupuestaria a escuelas de gestión privada se mantendrá tan elevada como en los últimos años y no sufrirá ningún tipo de reducciones. Una verdadera declaración de principios.