El ciclo solidario que Telefe emite a partir de hoy muestra cómo se construye una casa a quien la necesita, en siete días. Es la edición argentina del famoso programa y que ha recorrido otros países también, Extreme Makeover.
Dinamitar una casa para cumplir un sueño. Hacer de los escombros un lugar mejor. Esa es la esencia de Extreme Makeover Home Edition, el programa que a las 23.15 estrenará Telefe , y el sábado a las 16, por Infinito, , con la conducción de Andy Kusnetzoff. El reality de la cadena estadounidense ABC, que tiene su versión en varios países, muestra cómo un equipo de diseñadores reconstruye la vivienda de una familia en apenas 7 días.
El ciclo ganó un Emmy en los Estados Unidos. En España, se emite con el nombre de Esta casa era una ruina. En la Argentina es producido por Infinito y Endemol y también hará hincapié en el espíritu solidario y las historias de vida.
La primera será la de la familia Rodríguez, conformada por la pareja de Telma y Diego y tres hijos. Después de años de intentos de fertilización, el matrimonio se animó y adoptó a tres niños, dos de ellos ciegos. Las nuevas necesidades económicas postergaron durante años la renovación de la casa y los chicos comparten una habitación.
El trabajo del equipo de especialistas será evaluar qué necesita ediliciamente la familia y, en una carrera contra el tiempo, entregará la vivienda renovada. Un experto en decoración, uno en carpintería, otro en trabajos benéficos, otro en diseño de muebles. Varias manos irán mostrando cómo sumar voluntades.
“Hice mucha televisión, pero en este momento pienso qué bueno que un programa de televisión pueda servir de verdad”, se lo escucha en las promociones a Andy, a pura lágrima. “La vamos a hacer pelota a esta casa”, le anuncia a la familia en cuestión y las topadoras se encargarán de arrasar con la construcción para que en el vacío nazca algo mejor.
Diego Maradona, Sergio “El Kun” Agüero, Patricia Sosa, Ricardo Darín y varias figuras se sumarán en cada envío, ya sea con la firma de una camiseta o un saludo grabado. “Dios es música”, cantará en algún momento Gustavo Cordera en un fogón improvisado en un barrio carenciado.
Llamaradas, explosiones, cascos, polvo y lágrimas en primer plano. Apelar a la emoción de millones, pero con el noble propósito de que a unos pocos les cambie, literalmente, la vida.