La hermana y la madre del joven desaparecido en 2009 por policías de Lomas del Mirador pidieron, junto a sus abogados, el jury de enjuiciamiento por haber tenido ambas sus teléfonos intervenidos durante la investigación. Denuncian al juez y al fiscal del caso Luciano Arruga.
Luciano Arruga salió de su casa de Lomas del Mirador, partido de La Matanza, cerca de las nueve de la noche del 31 de enero de 2009, con 1,50 pesos en su poder hacia un ciber cercano, pero nunca regresó. Según la familia y testigos, el joven fue conducido al destacamento policial local y, al negarse a robar para la Policía, lo mataron y lo hicieron desaparecer.
La familia pidió hoy el jury de enjuiciamiento de la fiscal y el juez que actuaron en la causa, luego de conocer que, durante un año y cuatro meses, intervinieron el teléfono de la madre y la hermana de la víctima.
El director ejecutivo del CELS, Gastón Chillier, explicó que las “pinchaduras telefónicas” se extendieron desde abril del 2009 hasta agosto de 2010, mientras en simultáneo se investigaba a policías como sospechosos.”Esto plantea el problema estructural en la instrucción de la causa, se desvió la investigación, se controló a la familia y todo se hizo de manera secreta”, sostuvo Chillier, y agregó: “la fiscal pidió quince veces que se extiendan las intervenciones telefónicas en vez de investigar a los principales sospechosos” y “el juez lo justificó porque decía que era para saber del paradero de Luciano”. Para el integrante del Centro de Estudios Legales y Sociales, este hecho indicaría que la fiscal sospechaba que los familiares de Arruga estaban involucrados con su desaparición.
La madre de Luciano, Mónica Alegre, y su hermana, Vanesa Orieta, repudiaron la actuación de los funcionarios judiciales. “Se han metido en nuestra intimidad, investigaron nuestros teléfonos como el de los policías. Nos criminalizaron por nuestra situación de clase, por venir de un barrio pobre”, aseguraron. “Nosotros no secuestramos a Luciano, nosotros no manejábamos el patrullero en el que se lo llevaron, nosotros no lo torturamos. Tienen que investigar a los ocho policías”, dijó la hermana, tras admitir que ya no tiene esperanzas de encontrar a su hermano. “Esta es la Justicia que tenemos los pobres”, sentenció la madre.