El actor, de larga trayectoria en teatro, cine y TV, falleció en la ciudad de Buenos Aires y sus restos serán inhumados mañana en el cementerio Jardín de Paz, de Pilar.

Bonet había nacido el 30 de septiembre de 1918 y tuvo como maestro a Antonio Cunill Cabanellas, lo que le permitió iniciar una carrera en la década de 1940 e integrar durante muchos años el elenco estable del entonces Teatro Municipal General San Martín, complejo que llegó a dirigir, lo mismo que el Teatro Nacional Cervantes.

Aunque la burocracia no era lo suyo: durante el gobierno de Raúl Alfonsín, fue nombrado director nacional de Teatro y Danza, pero pronto presentó su dimisión alegando que “no nací para correr detrás de expedientes que nunca abracen soluciones satisfactorias”.

Entre tantas obras en las que participó, una de ellas fue “El rehén”, del irlandés Brendan Behan, en la que compartió elenco junto a Norma Aleandro, Betiana Blum y Federico Luppi, hasta su última actuación en 2008, cuando participó de “Tres hermanas”, de Antón Chéjov, en el Teatro Regio.

En el medio figuró en “Zamora”, de Georges Neveux, que también dirigió, “300 millones”, de Roberto Arlt, “Plaza hay una sola”, de Diana Raznovich, “Nuestra bella que duerme”, de Alberto Rodríguez Muñoz, “Escenas de la calle”, de Elmer Rice, “El inspector”, de Nicolai Gogol.

También actuó en “El alcalde de Zalamea”, de Calderón de la Barca, “El mago” o “El alquimista”, de Ben Jonson, “Santa Juana” y “La profesión de la señora Warren”, de George Bernard Shaw, “¡Arriba, corazón!”, de Osvaldo Dragún, “Esperando a Godot”, de Samuel Beckett, “El jardín de los cerezos”, de Chéjov, “Luces de bohemia”, de Ramón del Valle-Inclán, “Ricardo III”, de William Shakespeare.

Otras actuaciones fueron en “Blues de la calle Balcarce”, de Sergio de Cecco, Carlos Pais y Gerardo Taratuto, “Lulú”, de Frak Wedekind, “Abue, doble historia de amor”, de Carlos Gorostiza, “Los desventurados”, de Francisco Defilippis Novoa, “Numancia”, de Miguel de Cervantes, “Atendiendo al Sr. Sloane”, de Joe Orton, “Enrique IV”, de Luigi Pirandello.

Como director se lució con “Los mirasoles” (1968), de Julio Sánchez Gardel, “Rosencrantz y Guildenstern han muerto”, de Tom Stoppard, “Don Gil de las Calzas Verdes”, de Tirso de Molina, “Las troyanas”, de Eurípides, “Cyrano de Bergerac”, de Edmond Rostand, “La celestina”, de Fernando de Rojas, y “El cerco de Leningrado”, de José Sanchís Sinisterra, con las grandes Alejandra Boero y Lydia Lamaison.

En el cine debutó tardíamente en “Quebracho” (1974), de Ricardo Wullicher, y en su escasa filmografía se anotan “Contar hasta diez”, de Oscar Barney Finn, “Cuerpos perdidos”, de Eduardo de Gregorio, “La venganza”, de Juan Carlos Desanzo, “Tacholas, un actor galaico porteño”, de José Santiso, “Suspiros del corazón”, de Eliseo Subiela, “El otro”, de Ariel Rotter, y su despedida en “El cielo elegido” (2009), de Víctor González.

En TV se recuerdan sus apariciones en el ciclo “Alta comedia” y las miniseries “El garante” y “La condena de Gabriel Doyle”.
En 2010 fue reconocido por el Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA) junto a Antonio Gasalla, Susana Rinaldi y Alfredo Alcón, como “egresados históricos”.

Fue padre de dos hijos y uno de ellos Joaquín heredó su pasión por la escena como actor y director.

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