Diego Maradona llego al país el viernes con el motivo de poder presenciar el cumpleaños de su novia, y escribió un nuevo capitulo en su enfrentamiento con la prensa, esta vez nuevamente discutió con un fotógrafo de la revista Caras.
Diego Maradona llegó ala Argentina el viernes cerca de las 19. En Ezeiza, como era de esperarse, lo aguardaba un buen número de fotógrafos, pero el Diez se las ingenió para evadir a la prensa, pidió un auto que lo llevara directamente desde la pista de aterrizaje, y fue directo a la casa de su pareja, Rocío Oliva.
Allí descansaron un rato antes de continuar rumbo a Nordelta, a la casa de la hija de Diego, Giannina, para una cena familiar junto a su nietito, Benjamín, el hijo que la segunda nena del Diez tuvo con el Kun Agüero.
Después de una velada agradable y tranquila en Nordelta, Diego regresó con su novia a la casa de los padres de ella donde pasó la noche, y al parecer, todo el día siguiente las guardias de papparazzi no lograron capturar ninguna imagen saliendo de esa casa, y aseguran que no hubo forma que lo hiciera sin ser visto.
Cerca de las 22 del sábado, Maradona salió de la casa y fue entonces cuando un nuevo escándalo de violencia lo tuvo como protagonista: se cruzó con el fotógrafo de Caras con el que ya había tenido una pelea, hace algunos meses lo golpeó y la agresión quedó registrada por las cámaras, y si bien no hubo golpes en esta ocasión, hubo insultos y empujones. Luego, se fue al festejo del cumpleaños número 23 de Rocío, que celebró en una reunión íntima, con un máximo de 40 invitados. La fiesta se extendió hasta altas horas de la madrugada.