Por primera vez en el país una nena, que fue concebida en un vientre prestado fue inscripta luego que sus padres dieran una batalla legal para anotarla como propia, al trámite llevo año y medio pero al final se logro el objetivo.
![La justicia inscribe a una nena gestada en un vientre prestado2](https://i0.wp.com/www.eldiariodebuenosaires.com/files/2013/06/La-justicia-inscribe-a-una-nena-gestada-en-un-vientre-prestado2-e1372258615903.jpg?resize=622%2C407)
![La justicia inscribe a una nena gestada en un vientre prestado2](https://i0.wp.com/www.eldiariodebuenosaires.com/files/2013/06/La-justicia-inscribe-a-una-nena-gestada-en-un-vientre-prestado2-e1372258615903.jpg?resize=622%2C407)
Nunca antes la Justicia había intervenido en el caso de un bebé concebido en un vientre sustituto en el país. Y mucho menos, ordenado la inscripción del niño como hijo de sus padres biológicos (porque el óvulo y el esperma son de la pareja). Hasta ahora se conocían casos de vientres alquilados en países que tienen legislación específica.
La beba nunca tuvo partida de nacimiento. Sólo el certificado de nacimiento. El miércoles, la jueza Carmen Bacigalupo, del juzgado civil 86, le otorgó al matrimonio la maternidad subrogada. A la beba le hicieron un examen de ADN y se confirmó la filiación biológica de los padres. Ahora la beba tendrá su partida de nacimiento y su DNI.
La presentación para que los autorizaran a inscribir a la nena se basó en el artículo 19 dela Constitución, enla Convenciónde los Derechos del Niño, en el Pacto de San José de Costa Rica y en el anteproyecto de reforma del Código Civil y Comercial aún no tratado.
Maica recuerda cuando su amiga le dijo ‘Te presto mi panza’. “Yo me reía, nunca pensé que me lo había dicho en serio”, dice. La conversación continuó un mes después. Más seria, su amiga le aseguró: “Si puedo calmar tu dolor, de algún modo te voy a ayudar”.
Recién entonces Maica se lo contó a Juan y decidieron mantener una total reserva en la familia. Lo pensaron, una y otra vez. Cada uno lo analizó con su psicólogo . Tomaron la decisión. Llegaron las consultas con los profesionales, los tratamientos hormonales para las dos, la conformación de los embriones en el laboratorio (en 48 horas, sin congelamiento previo) y el momento de la inseminación. El vientre de la amiga de Maica recibió tres embriones. “Preferimos tres a ninguno”, relata Maica. Empezó a crecer uno. B.M. nació por cesárea en un sanatorio porteño en abril de 2012. Pesó 3 kilos. Maica y Juan presenciaron el parto. Cuentan que hasta de los ojos del anestesista, por debajo del barbijo, brotaban lágrimas. El sueño estaba cumplido, el mismo sueño que ahora la justicia avaló.