El gobierno de Dilma Rousseff se apresta a lanzar esta semana un paquete de medidas para calmar los ánimos de la población. Recibiría a representantes de organizaciones sociales y referentes de las protestas; las medidas se centrarían en mejoras en salud y expandir el presupuesto para educación.
En el día de ayer, en nuevas pero más pequeñas protestas, miles de brasileños volvieron a salir a las calles para exigir que el gobierno escuche sus reclamos. Particularmente, la mayoría de las protestas se centraron en los casos de corrupción y en el rechazo a un proyecto que el Congreso tenía programado discutir esta semana, conocido como “Pec 37”, y que podría poner límites al poder de investigación de la Fiscalía General.
La mandataria se reunirá hoy con los gobernadores de los 26 estados y del Distrito Federal de Brasilia y con los alcaldes de las capitales estatales. En este sentido, se espera que entre mañana y pasado se presenten nuevos detalles del programa “Más Médicos”, que incluyan el destinar más recursos federales para estimular las residencias hospitalarias y las becas, abrir nuevas facultades de medicina para reducir el déficit de profesionales de la salud, traer médicos del extranjero para reforzar la atención en barrios populares y mejorar la atención pediátrica y oncológica.
Asimismo, Rousseff buscará lograr apoyo parlamentario para su proyecto de destinar el 100% de los recursos obtenidos de la explotación petrolera proveniente del os yacimientos marinos de la capa “pre-sal”; el proyecto ya había sido vetado el año pasado.
También anunció que comenzará a tener encuentros y reuniones con dirigentes de movimientos y organizaciones sociales de los cuales había mantenido cierta distancia. “Voy a recibir a los líderes de las manifestaciones pacíficas, de sindicatos y asociaciones populares, pues precisamos de todas sus contribuciones, reflexiones y experiencias”, aseguró la primera mandataria.