Lo que empezó como un cuestionamiento por la suba de las tarifas del transporte público terminó en represión policial y más protestas por la corrupción y los fondos destinados al Mundial de Fútbol del 2014 y los Juegos Olímpicos del 2016. Más de un millón de personas salen a la calle en Brasil.

 

Se estima que más de un millón de personas salieron ayer a protestas en las calles de Brasil, copando  las arterias principales de las  mayores ciudades. En Río de Janeiro se calcula que hubo 300 mil manifestantes, en San Pablo más de 100 mil; mientras que hubo otros 50 mil en Porto Alegre, 30 mil en Brasilia, 100 mil en Recife y 20 mil en Salvador.

Las marchas, masivas, empezaron pacíficamente pero culminar en enfrentamientos y escaramuzas callejeras con la policía. En Río, la policía militar reprimió fuertemente con gases lacrimógenos y balas de goma; dejando cientos de heridos y detenidos. La policía militar carioca se ha visto fuertemente cuestionada por su accionar en los últimos días y ayer no se quedó atrás:  una brigada de motociclistas de la policía militar disparó balas de goma contra manifestantes que estaban en la puerta del hospital Souza Aguiar buscando noticias sobre los más de veinte heridos que habían sido llevados de emergencia.

Estos incidentes ocurrieron un día después de que los alcaldes de San Pablo y de Río de Janeiro anunciaran que daban marcha atrás en el aumento de los pasajes del transporte público. Sin embargo, la masificación de las protestas, envalentonadas por la represión policial, hacen foco en la corrupción, el deterioro del sistema educativo y sanitario y los gastos en el Mundial del 2014 y los Juegos Olímpicos.

La situación es complicada y los partidos políticos no saben donde pararse. Incluso, militantes del PT (Partido de los Trabajadores) son continuamente rechazados y repudiados en las marchas.

 

 

 

 

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