Protestas en Brasil por la Copa Confederaciones. Más de tres mil manifestantes fueron desalojados violentamente a las puertas del Maracaná en un partido del a Copa Confederaciones. Dilma Rousseff fue silbada en el partido inaugural.
Alrededor de tres mil manifestantes fueron desalojados en la tarde de ayer con violencia por la fuerza de choque de la Policía Militar, cuando intentaron llegar al estadio Maracaná en Río de Janeiro donde se estaba disputando el encuentro entre México e Italia por la Copa de las Confederaciones.
La policía, equipada con helicóptero, perros y elementos a caballo, arremetieron contra los manifestantes que gritaban y portaban carteles con leyendas como: “no a la violencia” y “preferimos educación y sanidad a la Copa”. Los manifestantes alzaban pancartas con los números de los miles de millones de reales que a Brasil le han costado la Copa de las Confederaciones y el Mundial. Al intentar que no llegaran a las puertas del estadio, la policía arremetió con gases lacrimógenos, spray de pimienta, balas de goma y golpes de porra. Hubo heridos y detenidos.
La última semana, las protestas han tomado las calles en San Pablo, Río de Janeiro y Poro Alegre en protesta contra el aumento de precio del transporte público. Las movilizaciones se están ahora diversificando y concentrando en los gastos del Gobierno con los compromisos deportivos.
Incluso la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, fue recibida con silbidos por los espectadores presentes en el estadio Mané Garrincha en Brasilia, donde asistió al partido inaugural entre Brasil y Japón de la Copa de las Confederaciones. La mandataria estaba acompañada por el presidente de la Fifa, Joseph Blatter.