Jairo Mora, ambientalista, fue asesinado en la playa donde trabajaba protegiendo a tortugas en peligro de extinción de contrabandistas. El Gobierno de Costa Rica lamentó el hecho pero lo consideró, en palabras de su vicepresidente, un “accidente”. Fuertes críticas de organismos ambientales internacionales.
El asesinato del ambientalista Jairo Mora en la playa complica cada vez más a las autoridades de Costa Rica, que intenta vender hacia aafuera una imagen de ecoturismo y del ambiente. Activistas políticos, grupos ecologistas y otros líderes de opinión recriminan al gobierno de Laura Chinchilla sus reacciones poco condolentes con el ambientalista muerto por presuntos saqueadores de huevos de tortuga en una playa del Caribe.
René Castro, el Ministro de Ambiente, afirmó que su institución no es responsable de proteger la playa de Moín, provincia de Limón, en donde ocurrió el crimen. Por su parte, el primer vicepresidente de la República, Alfio Piva, indignó a la opinión pública tras considerarlo como “un accidente”, ante la cadena CNN en Español. “Es una zona donde se desembarca mucha droga de parte del narco, sobre todo colombiano, que viene transportando droga hacia el norte y posiblemente (…) el muchacho se expuso muchísimo ante los narcotraficantes”, afirmó el vicepresidente, en Nueva York.
El ambientalista Jairo Mora ya había insistido previamente en la necesidad de policías que ayudaran a cuidar la playa; ya había sido previamente amenazado de muerte él y otros ambientalistas dedicados a preservar las tortugas baula, especie considerada en extinción. “Si un policía dice que nos apoya, está mintiendo”, dijo semanas antes de ser asesinado, en sentido contrario a las autoridades policiales, que insisten en haber cumplido con su deber de patrullar esta zona donde, según Piva, los narcotraficantes son amos y señores. La policía aún no tiene detenido a ningún sospechoso. Solo hay capturados dos hombres en horas recientes en esa zona, pero por el saqueo de huevos de las tortugas.
Por todo ello, grupos ambientalistas internacionales han manifestado su oposición al Gobierno de Costa Rica, al mismo tiempo mantienen su presión para que declare zona protegida la playa de Moín, donde las tortugas llegan a desovar la mayor cantidad de baulas en el Caribe del país.