El boom de la soja transgénica y el incesante avance de la frontera agrícola han generado la destrucción de buena parte de la biodiversidad en la Argentina. Animales que mueren y huyen de sus hábitats naturales, así como también miles de personas muertas y enfermas por los efectos del glifosato son el resultado de décadas de consolidación de un modelo de agronegocio totalmente perjudicial para la vida y la naturaleza.
El gobierno nacional, aprobó recientemente nuevas semillas transgénicas, entre ellas una de Monsanto y Dow, el maíz MON89034 x TC1507 x NK603. Esta es una versión mejorada del maíz Bt (MON810), aquel que generaba una toxina que permanentemente mataba a algunos insectos perjudiciales para el cultivo.
Medardo Ávila, de la Red de médicos de Pueblos Fumigados, explica en esta nota para Radio La Bulla, de San Luis, las implicancias y el impacto en la salud de los pobladores locales y el medioambiente. (Ver video)
La nueva semilla de maíz, llamada “Intacta”, no sólo genera un veneno: sintetiza tres venenos diferentes, que se secretan todo el tiempo. Asimismo, quedará intacto bajo la lluvia de glifosato, para el que tiene dos nuevos genes que le dan la capacidad de sobrevivir, además de matar todo tipo de orugas, gusanos y mariposas. También será resistente a un segundo herbicida: el glufosinato que, según los especialistas, comenzará a llover sobre los 12 millones de personas que viven en las zonas de cultivos transgénicos del país.
El nuevo y venenoso maíz que Monsanto preparará en la planta anunciada en Malvinas Argentinas, Córdoba; vendrá a generar mayores niveles de contaminación y daño ambiental nunca imaginados. Numerosos países del mundo ya han rechazado al maíz que produce una sola toxina Bt; la nueva semilla conjugará tres venenos Bt y su impacto es aún desconocido, a pesar de su autorización por parte del SENASA.