Luego de las polémicas declaraciones de Diana Conti de que un sector del Gobierno puede manejar como quiera la agencia de noticias se desató una protesta gremial en Télam. Denuncian censuras, despidos y maltratos hacia los trabajadores.

Cuando dije ‘Cristina eterna’ para una radio de Santa Fe, no me di cuenta de la repercusión que iba a tener. Me empezaron a llamar de todos lados. Cerré el celular y me oculté. A la tardecita le digo a Zannini: ‘Protegeme porque Cristiname va a matar’. Hasta que me ubicó ella: ‘Dianita, ¿qué dijiste?’ Y yo le digo: ‘Bueno no sé, me desperté, sonó el teléfono, yo estaba medio dormida’. Entonces me contesta: ‘¡No, desmentilo!’ ¿Cómo lo desmiento?, pensé. Ya sé. Hago un cable deTélam, cumplo, que se lo muestren a ella y yo ya estoy. Entonces no siempre que hablo soy la voz de Cristina”, señaló Diana Conti, diputada nacional por el Frente para la Victoria, en una entrevista para el diario La Nación.

Asimismo, señaló la posibilidad de ciertos sectores del gobierno de manejar de forma arbitraria la agencia de noticias nacional Télam. Estos dichos desataron la protesta gremial.

El comunicado de la Comisión Gremial Interna:

La Comisión Gremial Interna de la agencia Télam rechaza y repudia las declaraciones de la diputada nacional Diana Conti (FPV) realizadas al diario La Nación, en las cuales se burla y descalifica a los trabajadores de la agencia nacional de noticias al señalar que cualquier exabrupto de cualquier legislador o funcionario se soluciona haciendo ‘un cable en Télam’.

Sin embargo, no podríamos decir de ningún modo que sentimos estupor o sorpresa ante este tipo de declaraciones de personajes cercanos o que se creen cercanos al poder: a estas aberraciones los invitaron una y otra vez las autoridades de Télam en los últimos años, a pesar de las insistentes denuncias sobre censura y manipulación de la información que realizamos los trabajadores.

Presidentes de Télam; gerentes periodísticos; jefes y subjefes de redacción; integrantes de la mesa de edición, todos ellos han contribuido y contribuyen aún generosamente para llegar a esta situación humillante, instruyendo a prenseros y amanuenses variopintos para que ‘llamen, pidan y apuren’ a las distintas secciones la salida de lo que ahora Diana Conti resume en ‘un cable de Télam’.

Esta misma línea con poder de decisión editorial es la que también, de manera cotidiana, instruye y ejecuta operaciones y censuras varias, desnaturalizando y denigrando el ejercicio del periodismo profesional.

Quienes se opusieron y se rebelaron ante semejante práctica de la alcahuetería disfrazada de periodismo fueron, por supuesto, removidos de sus cargos, en una demostración contundente de ejercicio del poder omnímodo que daña y perjudica nuestro prestigio de laburantes de prensa.

La CGI reitera, como ya lo ha hecho ante las autoridades actuales, que la persistencia de estos criterios sistemáticos y generalizados, además de una forma ruinosa de ejercicio de periodismo, supone un maltrato hacia los trabajadores de Télam.

Por eso reclamamos a las autoridades de Télam el cese inmediato de estas graves prácticas.

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