Jorge Rafael Videla murió esta mañana de un paro cardiorrespiratorio en el baño del Penal de Marcos Paz, en donde se encontraba detenido por crímenes de lesa humanidad y robo sistemático de bebés. Fue el símbolo de uno de los períodos más sangrientos de la historia argentina.

 

 

Nombrado jefe de Estado Mayor en 1973, y constituido en comandante en jefe del Ejército un año más tarde, en marzo de 1976 dirigió el golpe de Estado que derrocó a la viuda del general Juan Domingo Perón, María Estela Martínez, y se convirtió en presidente de la Junta Militar que pasó a detentar el poder. Fue presidente de facto entre 1976 y 1981.

Durante su período dictatorial, disolvió el Congreso y prohibió toda actividad política y sindical, además de establecer un férreo control militar de la central obrera (CGT). La desestructuración económica y la desindustrialización fueron la otra pata de la dictadura militar; favoreciendo el ingreso del capital trasnacional, así como también el incremento de la deuda externa. Y en un doble movimiento, que posibilitó lo anterior, se instaló el terrorismo de Estado para perseguir y exterminar a miles de militantes políticos, artistas, trabajadores, sindicalistas, políticos y delegados de base.

Desde que asumió como comandante en jefe del Ejército y, más precisamente, desde el Operativo Independencia en Tucúman en 1975, se sistematizó la desaparición forzada de personas. Cientos de centros clandestinos fueron las sucursales del más cruento horror.

Los años que van desde principios de la década del setenta, con la Triple A operando, y los más de siete años de dictadura; dejaron un saldo de 30.000 detenidos-desaparecidos, miles de asesinados, exiliados y más de diez mil presos políticos. “Si no están, no existen, y como no existen, no están“, contestó Jorge Rafael Videla ante un grupo de periodistas en 1980, en torno a la cuestión de las desapariciones.

En la última entrevista realizada para la revista española Cambio 16, Videla reivindicó la dictadura y el golpe militar de 1976, y se jactó de que “en el año 1978 y el Proceso, había cumplido plenamente con sus objetivos, entre los que destacaba el fundamental, que era poner orden frente a la anarquía“. Videla ha reivindicado siempre el accionar de las fuerzas militares durante los años de la represión.

Con su muerte, ya no quedan sobrevivientes de la primera Junta Militar, integrada, además, por el comandante Orlando Ramón Agosti, muerto en 1997, y el almirante Emilio Eduardo Massera, fallecido en 2010. La muerte lo encontró en el Penal de Marcos Paz,  condenado a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad, entre ellos el robo sistemático de bebés durante la dictadura.

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