El ex dictador dictador guatemalteco, que asumió el poder tras el golpe de Estado de 1982, fue condenado a 80 años de prisión por la matanza de 1.771 indígenas de la etnia Ixil. La ley penal guatemalteca establece que la máxima pena de prisión es de 50 años, por eso se trata de la primera sentencia por genocidio y contra los deberes de lesa humanidad. Se le añaden 30 años por crímenes de guerra.
“Esto es un show político internacional (…) No es juicio imparcial”, fue lo primero que dijo el ex dictador guatemalteco José Efraín Ríos Montt al conocer la pena de 50 años de cárcel por genocidio y 30 años por delitos de lesa humanidad.
Ríos Montt fue encontrado culpable de ordenar el asesinato de 1.771 indígenas de la etnia Ixil en diferentes operativos devenidos en matanzas, realizados por el Ejército de Guatemala en el departamento norteño de Quiché entre 1982 y 1983, es decir, a lo largo de todo su mandato de facto.
“Soy y me declaro inocente”, dijo el ex-dictador en pleno juicio. “Nunca he tenido la intención de destruir a ninguna raza”, aclaró despúes. Sin embargo, el Tribunal tras trece años de investigación y de recoger más de cien testimonios que relatan los asesinatos sistemáticos, las violaciones a mujeres delante de hijos y esposos así como tambien la quema de las cosechas de los indígenas; no dudó en condenarlo: “Es evidente que los grupos militares que llegaron a cada una de las comunidades adoptaron el mismo patrón”, indicó la jueza Barrios. Al mismo tiempo que aseveraba que, al ser comandante en general del ejército y presiente de facto luego de asumir mediante un golpe de Estado en 1982, Ríos Montt estaba necesariamente al tanto de todo lo que ocurría en el interior del país. Incluso, se hallaron numerosos cementerios clandestinos en las inmediaciones de los ríos Schel y Chajul, zona Ixil, lleno de cadáveres agujereados por las balas.
El otro imputado, Mauricio Rodríguez, ex jefe de inteligencia militar (G-2) fue absuelto de los mismos delitos ya que el Tribunal consideró que “no tuvo injerencia” en las matanzas indígenas.
La condena de Ríos Montt así también como el hecho de sentarlo en el banquillo de los acusados, despertó a la más férrea derecha guatemalteca. La “Fundación contra el Terrorismo” emitió en este sentido un escrito de más de veinte páginas alegando que el juicio contra Montt es una “farsa”, “una conspiración marxista desde la Iglesia Católica”; las mismas excusas y alegatos utilizados por todos los gobiernos militares latinoamericanos durante las décadas de los 60, 70 y 80 para justificar sus haceres genocidas.
Luego de que la jueza Jazmín Barrios diera a conocer la sentencia del “juicio del siglo”, como se ha dado a conocer en los medios guatemaltecos; el Tribunal ordenó la inmediata detención y traslado a prisión preventiva, además de revocarle la prisión domiciliaria. Se espera, sin embargo, que la condena sea recurrida por las partes, lo que alargará un poco más el desenlace final del proceso.