La demolición del Taller Protegido 19 y la represión sufrida el viernes pasado por trabajadores, delegados, pacientes y periodistas a mano dela Policía Metropolitanaen el Hospital Borda son la punta del iceberg de diversos acuerdos políticos, negocios y proyectos en conjunto del kirchernismo y del macrismo enla Ciudadde Buenos Aires.
El viernes pasado, alrededor de las siete de la mañana, entrabala Infanteríadela Policía Metropolitanaal predio perteneciente al Hospital Borda para comenzar con el desalojo y la demolición del Taller Protegido n°19; violando así, una medida cautelar que impedía el avance de las obras del Centro Cívico en terrenos del neuropsiquiátrico. Horas más tarde, eran reprimidos con saña y un dejo de satisfacción trabajadores y pacientes del hospital, delegados de distintos gremios y periodistas de diversos medios de comunicación.
El sábado, asistiríamos al show mediático en que los diversos bloques de la legislatura le pedirían la renuncia al ministro de Seguridad porteño Guillermo Montenegro; donde se podía ver a un Juan Cabandié, del Frente Parala Victoria(FPV), indignado blandiendo fotos de policías disparando y a un Aníbal Ibarra (del Frente Progresista Popular, interbloque kirchnerista) que le señalaba que “ya tendría que haber presentado su renuncia”; olvidándose así de su propio accionar luego del desalojo de 500 familias del edificio del ex-Padelai en 2003 (57 detenidos y decenas de heridos) o de la “tragedia” de Cromañón (194 muertos) en 2004. Todo ello ante la prepotencia de Cristian Ritondo y de la sonrisa paciente de Montenegro, que ya avisó que no va a renunciar.
Pero todos estos nombres se entrecruzan una vez más cuando se intenta ir un poquito más allá de los efectos de lo que sucedió el viernes y el humo mediático que circula de modo fantasmagórico por los canales de noticias y principales diarios.
Siete meses atrás, más precisamente a fines de septiembre del 2012, el interbloque kirchnerista (constituido por el Frente Parala Victoria, Nuevo Encuentro y el Frente Progresista y Popular) y el PRO de Mauricio Macri (y Vidal, Montenegro, Ritondo, Larreta y miles de etcéteras) acordaron, pactaron y negociaron once leyes clave para el entramado político dela Ciudadde Buenos Aires y los negocios inmobiliarios que los une con la misma intensidad en que intentan separarse discursivamente.
Allí votaron la venta del Edificio Del Plata; dinero que necesitaba el macrismo para financiar las obras del Centro Cívico y la construcción de otros cinco ministerios en los terrenos del Hospital Borda, en Barracas. Pero a los mismos que hoy se rasgan las vestiduras poco les importó eso y, para maquillar un poquito la verdad, al decretar la ley, aclararon que a pesar de que acordaron que el Centro Cívico se levantaría en el sur dela Ciudadde Buenos Aires, “no se estableció la precisión del lugar donde se debería construir”. El interbloque kirchnerista bien sabía cuánto y qué se jugaba detrás de la venta del edificio ubicado a metros del obelisco; así como también las futuras consecuencias para los trabajadores y pacientes (pobres, por cierto) del neuropsiquiátrico.
Pero en el fondo del asunto también se encuentra IRSA (Inversiones y Representaciones Sociedad Anónima) que en esa agraciada noche no sólo se quedó con el Edificio Del Plata, sino también con la legalización del Centro Comercial que estaba construyendo en Palermo; gracias a la rezonificación de terrenos ferroviarios en Pompeya, Parque Patricios, Palermo, Caballito y Liniers, de donde el oficialismo buscaba obtener fondos para el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento. Pero eso no es todo: la sociedad comercial también se quedó con un poco del negocio de la construcción de las 4.500 viviendas del Plan Pro.Cre.Ar que se construirán en el sur de la ciudad, ya que los créditos para financiarlas son otorgados por el Banco Hipotecario, donde IRSA es dueña del 30%. La especulación y los negocios inmobiliarios a la orden del día.
Y sin embargo, la historia de IRSA no empieza ni acaba ahí. Es la misma sociedad que erigió el Shopping Dot, tapando el parque que le exigía la ley que debía preservar y edificando muchos más metros que los permitidos acuentuando así la inundabilidad del Barrio Mitre; el mismo barrio donde, a principios de abril, las inundaciones y el temporal (y la ayuda de IRSA) se cobraron varias muertes.
Esa misma noche, en la legislatura, se aprobó también que el Gobierno dela Ciudadtome una deuda por 250 millones de dólares para ejecutar obras en la cuenca del arroyo Vega en función de prevenir inundaciones; a pesar de que el oficialismo denunciase la subejecución del presupuesto del gobierno de Mauricio Macri en reiteradas oportunidades.
¿Cómo señalar con el dedo cuando se es partícipe necesario de gran parte de lo que acontece? ¿Cómo montar una farsa como la del sábado en la misma legislatura en que meses atrás se dió el puntapié inical para la represión del viernes pasado? ¿Cómo hace Cabandié para ponerse en una posición enfrentada a la de Ritondo en el mismo tema en que se sentó a su lado para darle luz verde unos meses antes?
¿Cómo? Haciendo “fulbito” para la tribuna.