Mientras el plantel entrenaba en Avellaneda, aparecieron pintadas intimidatorias en los alrededores del predio de Villa Dominico. Siguen las amenazas al equipo que tras la derrota del domingo se encuentra cada vez más cerca del descenso.
Independiente no levanta cabeza y parece casi definitivamente condenado a jugar la temporada 2013-2014 en el Nacional “B”. Pero lo más grave está pasando afuera; gestándose un clima hostil que pretende empeorar a medida que pasen las fechas. Las amenazas ya no son cosa nueva para el plantel que desde hace una semana dirige Miguel Brindisi; pero luego de cada partido se vuelven más y más graves.
“Hay balas pa todos”, “Ganen hijos de puta” y “Cantero = De La Rúa” rezaban las paredes cerca del predio de Villa Dominico, mientras el plantel de Independiente entrenaba con custodia policial en el “Libertadores de América”; la seguridad sobre el equipo se refuerza aún más luego de cada derrota. Los jugadores y el técnico le tienen miedo a sus propios hinchas.
Con o sin jugadores de experiencia, con Gallego o con Brindisi, el equipo de Avellaneda está juegando mal, sin ideas, nervioso y con más de cien años de historia sobre sus espaldas.
¿Cómo saldrán a jugar ante Argentinos Juniors en un partido que, de darse un par de resultados, puede resultar casi una sentencia de descenso? ¿Cúanto les pesarán las piernas para correr cada pelota ante las amenazas de los barras y los murmullos e insultos de la tribuna local? Lamentablemente, este no va a ser el último capítulo de la historia.