Lavado de dinero, traslados en vuelos privados, asados y partidos de fútbol con la elite política, autos lujosos y modelos, homicidios que se hacen pasar por accidentes y empresas fantasmas en paraísos fiscales del Caribe. No, no es “El Padrino” ni alguna nueva película de Hollywood; sino uno de los escándalos político-mediático con más repercusiones de los últimos años.

 El domingo por la noche en el programa de Jorge Lanata, que se emite por canal trece, salió a la luz una investigación que gira en torno al lavado y fuga de dinero de empresarios ligados al kirchnerismo; en base a dos cámaras ocultas a Leonardo Fariña, mediático marido de Karina Jelinek devenido en mediático testaferro u “operador”, y una entrevista a Federico Elaskar, ex presidente de la financiera SGI y encargado de crear las estructuras operatorias en el exterior para sacar el dinero.

Según la investigación de “Periodismo Para Todos” (PPT), Lázaro Baez sacó del país alrededor de 55 millones de euros, gestión de Leonardo Fariña y Federico Elaskar mediante, en un período de seis meses en el año 2011. Según Elaskar, el dinero venía en el avión privado LVZSZ, propiedad de Baez, desde Río Gallegos a Buenos Aires, y se colocaba rápidamente en bancos de Suiza, mediante la creación de empresas off shore radicadas en paraísos fiscales.

En el transcurso de la cámara oculta, Fariña hace alusión a Nestor Kirchner, señalando a Báez como su testaferro y compañero de negocios; y cómo, mediante la constructora Austral, se iban quedando con los “vueltos” de las licitaciones y obras del Estado, toda plata “en negro” que había que girar luego al exterior y blanquear. Remarcó, además, las diferencias entre Baez y Cristóbal Lopez, zar del juego y diversificado en cientos de otras empresas, ya que para Fariña éste último es “más jodido” y “la tiene en blanco”, a diferencia de Baez que tendría todo su capital en negro. Minutos despúes, el esposo de Jelinek rematá la charla dando a entender que el empresario Gotti, muerto sospechosamente en un accidente de auto en una ruta patagónica, había sido asesinado por sectores vinculados al kirchnerismo; los mismos que habrían amenazado y estarían detrás de el corrimiento de Elaskar de su propia compañía financiera.

Sin embargo, entre tanto humo mediático y temas sin resolver, la cuestión de fondo radica en otro lado: esto no se trata  ni de Fariña ni de Elaskar, actores de reparto (bien dicho está) en esta historia.

Lo que intenta poner la investigación sobre la mesa son los mecanismos por los que Lázaro Báez, quién mantuvo una relación estrecha con el matrimonio Kirchner desde fines de los años ochenta, gira y lava plata “en negro” al exterior. Además, con las declaraciones del mismo Fariña, se señala al mismo Báez como testaferro del ex presidente Néstor Kirchner.

¿Quedan huecos en la investigación para vincular efectivamente a Báez con Fariña y Elaskar?, sí. ¿Y a Báez con Nestor y Cristina Kirchner?, también. No hay nada probado y las cámaras ocultas no constituyen ningún tipo de pruebas. Pero esa no es la función del periodismo, sino de la Justicia.

A pesar de ello, y desde hace un tiempo, varias investigaciones periodísticas han subrayado la multiplicidad de negocios y entramados políticos en torno a la obra pública santacruceña y de todo el país, como así también a los favores otorgados a Cristóbal Lopez para quedarse con el control del juego a nivel nacional; pero no han tenido los ingredientes justos para que se constituyan en un suceso político mediático como el acaecido en los últimos días.

Entre intereses, tejes y manejes e intencionalidades periodísticas, cámaras ocultas y declaraciones “on the record”, causas incipientes en la Justicia, y continuos desdichos (Fariña sale en Intrusos con Jorge Rial a aclarar que esas cámaras eran una “ficción” para limpiar su imagen, en un plan que parece ideado por su esposa); se desarrolla esta novela que, según se anuncia, tendrá varios capitulos a lo largo de la semana.

Hoy se dió a conocer que el juez federal de La Plata, Adolfo Ziulu resolvió una medida cautelar y dictó una inhibición de bienes por el valor de 314.686 pesos contra Leonardo Fariña, a partir de una denuncia presentada por la La Administración Federal de Ingresos Públicos  (AFIP) hace un año atrás.

 

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