Durante todo el partido de ida por los cuartos de final de la Champions League, el Barça fue adelante en el marcador; las lesiones, primero de Messi y despúes de Mascherano, sumado al empate del Paris Saint-Germain en el último minuto, amargaron la vuelta de Tito Vilanova al banco blaugrana.
El Barcelona salió a jugar como acostumbra, sin importarle las 40.000 personas presentes en el Parque de los Príncipes, para ver el partido entre el Paris Saint-Germain y el equipo español. La posesión de pelota de los catalanes contrastaba con la verticalidad y rapidez del PSG, bien parado en defensa, con David Beckham como lanzador, Moura como salida por la derecha y Pastore por la izquierda, imprimiéndole velocidad a los contragolpes. Ibrahimovic y Lavezzi intentaban arreglárselas solos con los defensores rivales. En menos de cinco minutos del primer tiempo, Ibrahimovic asiste a Lavezzi, quien obliga a Busquets a despejar la pelota contra el poste de Valdés.
Pero el dominio del Barcelona, paciente e incólumne, desgasta hasta a la más férrea defensa. Tras el rechazo de un córner, Dani Alves asistió magistralmente a Messi con la cara interna del pie, dejándolo solo frente al arquero: 1-0. Los catalanes fueron por el segundo y por poco lo consiguen, despúes de un enganche y un remate de “La pulga”, que se fue por poco por arriba del travesaño. Ahí comenzó la preocupación para Tito Vilanova: Messi tuvo que irse en el entretiempo lesionado en el biceps femoral de la pierna derecha. Tras hacerle los estudios correspondientes, se confirmó que sólo estará fuera de la cancha por 10 días.
El segundo tiempo se hizo más sencillo para el equipo francés. Ya sin la peligrosidad de Messi, y con un Barcelona un tanto confundido, llegó el gol de Ibrahimovic, en clara posición adelantada que el juez de línea pasó por alto. Con el 1 a 1, el partido parecía complicársele a los blaugranas; más cuando tuvo que salir por lesión Javier Mascherano, con la rotura del ligamento lateral interno de su rodilla derecha. El argentino tendrá para 6 semanas de recuperación y se perderá buena parte de lo que queda de la temporada.
Sin embargo, el Barcelona siempre tiene una carta más. Tras una buena jugada colectiva, el arquero del PSG, Sirigu, le cometió un claro penal al chileno Alexis Sanchez, que Xavi cambió por gol instantes despúes. Parecía que, despúes de todos los infortunios, el equipo catalán se llevaba finalmente la victoria. Pero en el segundo minuto de descuento, tras un pase de Ibrahimovich, Matuidi remató al arco y, tras un desvío, dejó mal parado a Víctor Valdes. El 2-2 era definitivo; un regalo y un alivio para el local, que de otra forma se las vería aún más complicada en el partido de vuelta en el Camp Nou. Tito Vilanova, en su vuelta a la dirección técnica tras pasar varias semanas sometiéndose a tratamientos contra el cáncer en los Estados Unidos, terminó yendose más preocupado por las lesiones de dos de sus mejores jugadores, que por el resultado o el juego colectivo de su equipo.