A dos años del devastador terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011 que dejó unos 19.000 muertos en todo Japón y desaparecidos con ciudades arrasadas a lo largo de la costa noreste, y el grave accidente en la nuclear en Fukushima en Tokio, organizaciones antinucleares reclamaron el cierre de las plantas nucleares en el archipiélago que siguen funcionando.
Ayer en presencia de familiares y evacuados en Tokio participaron en la gran memorial Akihito, el emperador y Shinzo Abe, primer ministro. A las 14.46 hora local hicieron un minuto de silencio en memoria a las víctimas de la peor fatalidad del país luego de la II guerra mundial. Akihito expresó, “Pido a Dios que los afectados puedan reanudar su vida pacífica tan pronto como sea posible”.
Millones de personas participaron en homenajes y actos en distintas localidades.
El domingo pasado manifestantes en el centro de Tokio, organizaciones y portavoces de grupos antinucleares reclamaron el cierre de las plantas nucleares en el archipiélago ya que siguen en funcionamiento los reactores 3 y 4 de la central Oi tras el accidente en Fukushima.
Paralelamente a la protesta se realizó un megaconciento “No a las nucleares 2013” en la bahía de Tokio en ayuda a los damnificados por la crisis atómica.
El nuevo gobierno se comprometió a tomar en lo posible prontas medidas y proyectar un plan que suplante los métodos nucleares.
Cerca a la planta nuclear quedó contaminada el agua y terreno de radiactividad, miles de personas residen en viviendas temporales en tierra alta y se encuentran en la incertidumbre de cuando podrán regresar a sus casas, otros en cambio tomaron la decisión de marcharse definitivamente. Funcionarios manifestaron que podría ser todo un proceso de alrededor de 10 años.
“Lo que realmente quiero es volver a tener mi casa”, contó con dolor un hombre de 69 años en Rikuzentakata, quien perdió a su hijo en la catástrofe. Continúan evacuados unos 250 mil personas del noreste del país a consecuencia del tsunami perjudicando la agricultura, ganadería y pesca de la región.
El terremoto de magnitud 9 que estremeció la costa siendo el más fuerte en la historia de Japón junto al tsunami destruyeron la costa noreste del país, unas 400 mil viviendas y edificios donde todavía por medio de una lenta limpieza se espera se retiren aproximadamente 27,6 millones de toneladas de escombros con asbesto, plomo, policlorobifenilos y desperdicios radiactivos.