En el Mario Alberto Kempes, Belgrano ganó a Talleres la Copa Córdoba en el clásico más importante de la provincia. El gol de pirata lo marcó Esteban Gonzalez. Con medidas extremas de seguridad, el encuentro se desarrolló en paz.
Después de un año sin verse las caras, Belgrano y Talleres volvieron a cruzarse por la Copa Córdoba, torneo triangular de verano, del que también participa Instituto. A pesar de la eterna rivalidad deportiva, hoy los contrastan dos realidades totalmente distintas. Belgrano, asentado en Primera División y un equipo sólido. Talleres, deambulando por el Torneo Argentino “A”, con la presión de volver a la B Nacional.
Sin embargo, en el inicio del encuentro y ante un Estadio Kempes totalmente repleto, la “T” parecía sorprender al “pirata”; es cierto, con mas actitud que fútbol. Con el correr de los minutos, los de Zielinsky pudieron acomodarse y de a poco arrinconaron a Talleres contra su arco. Así y todo, el primer tiempo se iba a ir con el0 a0 en el marcador.
Al comienzo del segundo, todo era de Belgrano. Los de Sialle solo atinaban a algún contragolpe rápido. A los 8 minutos, iba a llegar la ventaja para el “celeste”. Centro desde la izquierda y “Teté” Gonzalez cabeceó al gol. Allí, Belgrano mostró todo su oficio para dominar el partido, manejando la pelota y con una sólida tarea de recuperación. Talleres se fue desinflando; no supo encontrar el camino y se encerró en sus limitaciones.
Afortunadamente, y a diferencia de lo sucedido en Rosario, el clásico se desarrolló en paz. Córdoba revivió un derby histórico, una verdadera fiesta deportiva.