El Tribunal Oral Federal dio a conocer las sentencias a 23 represores que actuaron en el denominado Circuito Camps y calificó todos los delitos en conjunto de genocidio por delitos cometidos en 6 centros clandestinos de detención del denominado “Circuito Camps”. Los represores Jaime Smart, Rodolfo Campos  y Miguel Etchecolatz  recibieron prisión perpetua.

El resto de los condenados  a prisión perpetua fueron los Horacio Elizardo Luján, Luis Vicente Patrault, Norberto Cozzani y Miguel Kearney , por el homicidio calificado en perjuicio de Jorge Rubinstein y la privación ilegítima de la libertad cometida por un funcionario público en abuso de sus funciones, agravado por el uso de violencia o amenazas en 43 casos.

Por otra parte, Roberto Antonio Cabrera recibió 18 años de prisión; Eros Amílcar Tarela, 25; Sergio Arturo Verduri, 18; Jorge Antonio Bergés, 25.

Lo novedoso de este caso es que tras recibir la pena, Etchecolatz se levantó de su silla y mostró al Tribunal y a los familiares de las víctimas presentes un cartel que decía: “Justicia ¿dónde estás? Justicia corrupta”. Recibió abucheos y tuvo que ser sacado de la sala.

El canciller Héctor Timerman arribó, pasadas las 18:20, a la sala de audiencias en La Plata, donde ocupó una butaca de la sala la titular de Abuelas de Plaza de Mato, Estela Barnes de Carlotto. El funcionario declaró en este juicio por el caso del secuestro y torturas de su padre, Jacobo Timerman.

Ante una sala colmada, el Tribunal dispuso remitir a los juzgados federales correspondientes “la investigaciones de los delitos sexuales que se cometieron en el marco de la causa de lesa humanidad” al determinar que esas investigaciones “deberán realizarse dentro del marco y contexto en el cual fueron cometidos”. También se pidió que los juzgados federales investiguen la actuación de sacerdotes y la posible complicidad de funcionarios judiciales con el terrorismo de Estado.

Los militantes y diferentes agrupaciones ocuparon la calle 4, entre 51 y 53, donde instalaron una radio abierta y una pantalla gigante para seguir desde el exterior de la sala de audiencias las alternativas del veredicto, sobre los acusados de delitos de lesa humanidad en centros de detención que dependían de la jefatura de policía bonaerense, de la que era jefe Ramón Camps.

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