Un repudio publico generalizado se produjo en el Hospital Ramos Mejia de esta capital al  sacerdote Fernando LLambias por haber “obtenido la dirección de la joven que acudió al nosocomio  para practicarse un aborto no punible, y buscó amedrentarla para que no lo haga, violando el secreto profesional y poniéndola en riesgo ya que ella acababa de escapar de una red de trata”, contó Silvia Kochen, médica del hospital.

El acto de repudio fue  convocado por trabajadores de ese centro de salud porteño, organizaciones de mujeres y vecinos del barrio porteño de San Cristóbal.
Diferentes organizaciones  se manifestaron con carteles “Aborto legal en el hospital ya” y “Separación de la Iglesia del Estado”.
Kochen precisó que “esta convocatoria la realizamos porque, aunque el hecho puntual por suerte ya se resolvió, ésta es una situación gravísima que no puede volver a repetirse nunca más, y los médicos tienen que acatar la ley”.

Por otro lado con respecto al capellán LLambías, todos los manifestantes reclamaron que “no esté más en el hospital”. Cabe destacar que el capellán tiene una designación en trámite del gobierno porteño para desempeñarse en el Ramos Mejía, con un sueldo equivalente al de un jefe de sección no médica, que rondaría los 5000 pesos, sueldo que pagan todos los argentinos con sus impuestos. Todavía no cobra sueldo, pero cuando salga su nombramiento podría recibir los sueldos pendientes en forma retroactiva. Por eso se exige justicia e intervención del estado.

Por tal motivo, la profesional destacó que “el cura tuvo una actitud muy parecida a lo que hacía la Inquisición, y está en contra de la ética de una persona que trabaja en un centro de salud, por eso no puede estar más acá, que se retire y que se hagan las acciones correspondientes”.

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